Ganador conjunto del Nobel de 2013 por su trabajo en la exploración de los límites de los esfuerzos de los economistas por comprender el riesgo y sus implicaciones, Hansen ha argumentado que los responsables de políticas monetarias tienden a restar importancia a las dudas que albergan en privado sobre sus propios conocimientos.
Si bien reconoció que la política fiscal, como los impuestos al carbono o los subsidios para la tecnología verde, pueden tener un impacto en la reducción de emisiones, Hansen dijo que el caso no estaba probado para las herramientas de los bancos centrales que van desde la política monetaria hasta la supervisión bancaria.
"Su caja de herramientas es relativamente limitada y me preocupa que proyecten la capacidad de hacer cosas... que no tienen el poder de hacer con éxito", dijo Hansen en una entrevista telefónica.
El economista puso como ejemplo las pruebas de estrés enfocadas en el medio ambiente como "un intento superficial de abordar un problema muy desafiante" y dudaba que pudieran identificar la exposición al riesgo del cambio climático dada la falta de experiencia previa y el hecho de que dicha exposición afectará a una serie de variables por hasta 30 años.
"Necesitamos tener más puntos en común sobre la forma en que pensamos sobre el problema si vamos a tener algún tipo de regulación sensata... en las pruebas de estrés, realmente se precipitaron", dijo a Reuters.
Entre los principales bancos centrales, el Banco de Inglaterra lanzó en junio sus primeras pruebas de resistencia ecológicas de los principales bancos y aseguradoras para evaluar su grado de exposición a los riesgos climáticos.
El Banco Central Europeo llevará a cabo pruebas de resistencia de la exposición al riesgo climático de los bancos de la zona del euro el próximo año. Por ahora, la Reserva Federal de Estados Unidos ha pedido a los prestamistas que expliquen cómo mitigan esos riesgos, pero el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha dicho que estaría abierto a algún tipo de prueba de resistencia en el futuro.
¿Riesgo reputacional?
Hansen se mostró igualmente escéptico sobre si los bancos centrales deberían inclinar sus enormes carteras hacia activos ecológicos, como negocios de bajas emisiones, y dijo que dudaba de si tenían la experiencia interna o el mandato para realizar tales operaciones.
Es mejor dejar eso en manos de los bancos privados, argumentó, mientras que los bancos centrales deberían enfocarse en garantizar que tengan acceso a la financiación adecuada, así como en trabajar con el sector privado y otros actores para comprender mejor la amenaza de los riesgos climáticos.
Parte del impulso para que los bancos centrales desarrollen sus políticas climáticas podría provenir de una creciente percepción de frustración dentro de la sociedad porque los gobiernos hasta ahora no han logrado combatir el aumento de las emisiones de carbono, sugirió.
Pero dijo que existían riesgos para los bancos centrales al desviarse más allá de sus mandatos hacia el área que corresponde a los gobiernos electos.
"Muchos bancos centrales han hecho un buen trabajo en general al establecer la reputación de ser confiables en relación con las autoridades fiscales. Es posible que tengan más que perder en términos de su reputación actual", comentó Hansen.