Biden y los votantes
La liberación de crudo estadounidense empequeñecerá los usos anteriores de las reservas estratégicas anunciados por Biden junto a otros países el 1 de marzo después de la invasión rusa, y también el año pasado, en respuesta al aumento de la inflación.
A pesar de una economía en recuperación y el repliegue de la pandemia de COVID-19, Biden recibe poco crédito de los votantes, quienes, en cambio, lo culpan por el aumento de los precios en todas partes, desde el supermercado hasta los concesionarios de automóviles.
Los trastornos en la cadena de suministros relacionados con los diferentes ritmos de la recuperación económica en el mundo son parte del fenómeno de la inflación.
También detrás de esa tendencia políticamente peligrosa subyacen los costos del combustible, que, a su vez, elevan los precios del transporte de casi todos los bienes.
Y para los conductores, el shock de precios en los puestos de gasolina es una constante fuente de irritación.
Los precios de la gasolina están actualmente en un promedio de 4.23 dólares por galón, un 47% por encima de hace un año.
Tras el anuncio de Biden, el barril de crudo cayó casi 7% en Nueva York a 100.28 dólares y en Londres 6.44% a 107.91.
"¿Vale la pena renunciar a un millón de barriles diarios para conseguir una rebaja de precios de sólo 5 dólares (el barril)?", se preguntó Matt Smith, analista del gabinete Kepler.
"Aunque esta utilización de reservas ciertamente ayudará a contener al mercado a corto plazo, no aporta una solución de largo plazo", añadió.
Los precios del crudo llegaron en marzo hasta casi 140 dólares debido a la preocupación por Rusia, uno de los mayores productores mundiales, que desató una guerra en Ucrania y fue blanco de múltiples sanciones internacionales.
Los precios se replegaron un poco desde que Estados Unidos prohibió las importaciones rusas el 8 de marzo, pero oscilaron desde entonces en torno a los 100 dólares.