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Inflación, falta de insumos, cambio climático y crimen provocan escasez

La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes no busca alarmar, sino prevenir la escasez generalizada y el desabasto, de cara a un escenario inflacionario y de crisis de suministros.
jue 16 junio 2022 06:00 AM
(Elemento de la policía resguarda un puesto de pollo, dentro de un mercado en Chilpancingo, Guerrero)
En realidad, la ANPEC está haciendo un “llamado preventivo” para que el consumidor final siga teniendo acceso a productos de primera necesidad en un contexto de pandemia y presiones inflacionarias.

La canícula, la inflación, la escasez de agua, el cambio climático, la falta de insumos y la inseguridad, son algunos de los factores que prenden las alarmas de escasez relativa en diversos productos de consumo final, indicaron tanto la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) como un experto en economía de la Universidad La Salle.

“Cada vez se da más la circunstancia de que un consumidor ya no encuentra ciertos productos en ciertas presentaciones, en el primer intento, ni en el segundo”. Entre estos la cerveza, el aceite y el agua embotellada, entre otros, aseguró en entrevista Cuauhtémoc Rivera, presidente de la ANPEC.

La escasez de ciertas marcas de cerveza, por ejemplo, es más notoria en los estados del norte del país. Están rebasados por la oferta y, además, los problemas de suministro de agua potable en Nuevo León, así como la falta de vidrio, cartón, aluminio y algunos otros insumos provocan que haya presentaciones no disponibles en el mercado.

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“En el contexto de la canícula, la época más calurosa del año, hay cierto tipo de marcas de cerveza, principalmente en playas y costas, en el norte: Tepic, Chihuahua, Sonora, Sinaloa”, detalla Rivera, de la ANPEC, pero aclara que el llamado no es para generar pánico sobre un posible desabasto, como el que se vivió durante la pandemia con productos como el oxígeno, el papel higiénico, el agua embotellada y la cerveza en ciertas presentaciones..

En realidad, la ANPEC está haciendo un “llamado preventivo” para que el consumidor final siga teniendo acceso a productos de primera necesidad en un contexto de pandemia y presiones inflacionarias.

El cambio climático afectó la producción de aguacate y limón, por la falta de agua. Algunos supermercados, incluso, no sacaron al mercado ciertos productos como estos porque son muy caros para la población y simplemente no se venden. Así se manifiesta una relativa escasez provocada por la inflación, explica el doctor en economía y profesor de la Universidad La Salle, Antonio Andrade.

Pero la escasez no solamente es ocasionada por cuestiones climáticas o falta de insumos. Existen otros dos factores, la reduflación y la inseguridad.

Reduflación, sustitución y pérdida de calidad

Una de las estrategias que están siguiendo las grandes marcas para conservar sus volúmenes de ventas, en un escenario de alta inflación, es que ya no ofrecen las mismas presentaciones de productos que antes. Ahora, exhiben presentaciones más pequeñas, a un precio aparentemente más bajo que las presentaciones estándar anteriores al fenómeno inflacionario.

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“Las empresas actúan, ponen presentaciones más acordes a las necesidades diarias y llegan a desaparecer presentaciones más altas. Pero también esto va enfocado al no desperdicio. Antes la empresa empaquetaba 12 manzanas y se te pudrían dos, ahora te ofrece 8 manzanas por el mismo precio, pero te las comes todas. El precio es aparente el mismo y la estrategia es: seguir satisfaciendo al consumidor, no perder utilidades y evitar desperdicios”, dice Antonio Andrade.

“Es una relación ganar-ganar”, indica, al considerar que, por un lado, se sigue garantizando el consumo diario y, por el otro, se evitan desperdicios para el conjunto de la economía.

De la despensa mensual, a la de media semana

Cuauhtémoc Rivera, de la ANPEC, explica que, durante el siglo XX, era común que las familias mexicanas hicieran despensas que duraban un mes. Con la precarización, el aumento de la mujer en el mercado laboral y la falta de tiempo de la vida moderna, las despensas pasaron a realizarse de manera quincenal.

No obstante, con la llegada del COVID, la inflación y la pérdida del poder adquisitivo llegó a la despensa de media semana y la sustitución de marcas premium, por las genéricas.

Las presentaciones más pequeñas también son parte de la necesidad de los consumidores para garantizar el consumo a muy corto plazo. En lugar de comprar un paquete con 12 rollos, ahora compra uno de cuatro. Pues esto, según han explicado los agremiados de la ANPEC, le garantiza al consumidor cubrir otras necesidades, como comprar alimentos para el desayuno.

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“Compras lo que comes a diario. Aquí, el rey de la colina es la tienda de abarrotes, ahora pasó a ser el canal de abasto esencial en el consumo diario”.

Por eso, la estrategia para los pequeños comerciantes es que los 24 productos del Paquete contra la inflación y la carestía, implementado por el gobierno federal, existan en un solo lugar, en todo momento y que los proveedores se comprometan a surtir a los pequeños comercios, estimó Cuauhtémoc Rivera, en un llamado para evitar el desabasto de estos productos.

Además, indica que las personas no solamente consumen presentaciones reducidas, sino productos genéricos a menor precio, pero con peor calidad. Al final, la inflación pasa la factura al consumidor final, pues si bien pueden mantener una canasta de bienes mínima, lo hacen a merced de perder la calidad de lo que comen o utilizan.

Inseguridad, otro empujón para la escasez y la inflación

Tanto la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes como el experto lasallista consideran que la inseguridad es otro elemento que contribuye a la escasez de algunos productos, así como a la inflación, de manera indirecta. Lo hace a través de la extorsión a los productores (cobro de piso) y también por las afectaciones a las cadenas de suministro que provoca la delincuencia organizada.

Como ejemplo, pusieron el reciente ataque a una granja de pollos en Petaquillas, Guerrero, que derivó en la muerte de seis personas, incluyendo al dueño y su hija, menor de edad. Esto provocó el cierre de al menos 34 pollerías en Chilpancingo. Días antes, al menos otras dos personas relacionadas con la venta de pollo en el mercado 'Baltazar R. Leyva Mancilla' también fueron asesinadas por presuntos miembros del crimen organizado.

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