El aumento en los precios de energéticos y alimentos tienen un efecto negativo en el bienestar de las familias, principalmente las de menores ingresos porque al destinar la mayor parte de sus recursos a la compra de alimentos tienen mayores posibilidades de caer en pobreza.
Moody's espera que la inflación en el 2022 esté por encima de las metas de los bancos centrales de las economías más grandes de Latinoamérica: Brasil, México, Colombia, Chile y Perú.
"La política monetaria en América Latina se inclinó hacia un endurecimiento antes que en otras economías emergentes y mucho antes que en las economías avanzadas. Por lo tanto, esperamos que las tasas de referencia continúen aumentando hasta que la inflación comienza a descender de manera convincente hacia los rangos objetivo", destacó Moody's.
Los elevados precios de los energéticos y los alimentos se mantendrán altos en la medida que dure el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Y es que los agricultores de Latinoamérica también dependen en gran medida de los fertilizantes que exporta Rusia.
A nivel mundial, los cuellos de botella en las cadenas de suministro y los elevados precios de las materias primas seguirán presionando la inflación.
El costo del transporte de mercancías por mar ha aumentado hasta 12 veces desde otoño del año pasado. Moody's estima que será difícil que solo los aumentos a la tasa de interés bajen por sí solos la inflación mundial.
"Es dudoso que los aumentos agresivos de la tasa de política por sí solos reduzcan efectivamente la inflación a los rangos objetivo, pero es probable que estos aumentos logren eliminar parte del exceso de oferta monetaria que se agregó a los sistemas financieros en 2020 para contrarrestar la crisis de liquidez durante la crisis del COVID-19", apuntó.