El caso más importante fue el del antiguo número uno del sector, Evergrande, con cerca de 300,000 millones de dólares de deuda.
Además, la incertidumbre ligada a la pandemia de COVID-19 disuade a los compradores.
¿Cómo reaccionan los compradores?
La crisis de Evergrande provocó manifestaciones de los compradores en septiembre de 2021, pero en junio apareció una nueva forma de protesta: huelga de pagos de los créditos inmobiliarios.
Ante los retrasos en las obras, los compradores de alojamientos que aún no están terminados dejaron de pagar los créditos hasta que se retomen los trabajos.
En un mes, la huelga se extendió a más de 300 proyectos en 50 ciudades de China.
¿Debe el mundo preocuparse?
Dada la interconexión de China, la segunda potencia económica mundial, con el resto de países, un contagio de la crisis inmobiliaria al sector financiero tendría repercusiones internacionales, según los analistas.
"Si se multiplican las suspensiones de pagos, podría tener graves consecuencias económicas y sociales", advierte la agencia de calificación Fitch.
Ya en mayo, el Banco Central de Estados Unidos afirmó que el empeoramiento de la crisis inmobiliaria china podría tener consecuencias en el sistema financiero del país.
En un escenario así, la crisis impactaría al comercio mundial, afirma Fitch.