El motivo de la contracción hay que buscarla en la disminución de las exportaciones, desde madera a productos químicos y metalúrgicos.
También experimentaron caídas aquellos sectores que dependen más de las importaciones como la industrial ligera, de automoción y la fabricación de muebles.
El Ministerio reconoce descensos en el comercio al por mayor y el transporte de mercancías, aunque destaca un aumento de la actividad en sectores como la agricultura o la industria extractora, especialmente la petrolífera.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) admitió el martes que la economía rusa resistirá mejor de lo esperado el impacto de las sanciones -una caída del 6% frente al 8.5% previsto anteriormente-, pero notará su impacto en 2023, cuando el PIB retrocederá 3.5%, frente al 2.3% pronosticado en abril.
La pasada semana el Banco Central de Rusia también redujo su previsión de contracción del producto interior bruto para este año de entre 8% y 10% a entre 4% y 6%.
Según el banco emisor, la caída en 2023 oscilará entre 1% y 4%.