Otro problema que hay en México es la falta de una visión de largo plazo, algo que no ha permitido concretar el crecimiento que se requiere para generar bienestar, lamentó Valenzuela.
“Con el espacio fiscal que tenemos ahorita, y con las problemáticas de pensiones y los gastos en deuda, nunca nos va a alcanzar para tener proyectos de 25 años para acortar brechas, de ninguna especie”, anticipó Alexandra Hass, directora de Oxfam México.
México ha implementado una política de aumento al salario mínimo, así como una pensión universal a los adultos mayores, lo que permitirá acceso a recursos y reducir con la desigualdad de ingresos, consideró el director general del Infonavit, Carlos Martínez.
Otro factor que se complementa con el crecimiento económico es el bienestar, que es lo que genera felicidad, apuntó por su parta Enrique Majós, CEO de Gentera.
Alexandra Hass de Oxfam recordó que durante décadas, México atrajo inversión extranjera directa bajo el argumento que tenía mano de obra más barata que otros países.
“¿Eso logró mayor bienestar?, por ahí de 2018 se evaluó cuántas personas están en pobreza el 53% de la población mexicana estaba en pobreza; es el mismo porcentaje que estaba en pobreza hace 20 años. Ahora tal vez más por la pandemia”, comentó Hass.
Al tener a más de la mitad de la población en pobreza, añadió, es el sistema económico el que no funciona.
México, un país de desigualdades y con problemas que se conocen y de los que se ha hablado en las últimas décadas, no se puede hablar de derechos por separado, expuso Carlos Martínez del Infonavit.
“Hay 650,000 viviendas abandonadas y, por otro lado, hay ocho millones de viviendas en rezago, es decir, no están con las condiciones suficientes para que sean consideradas como viviendas que generan bienestar”, sostuvo Martínez Velázquez.
“No se puede entender el derecho a la salud si no hay un hospital cerca; no puedes entender el derecho a la educación si no hay una escuela cerca de la casa. Si no concatenas los derechos, no podemos generar bienestar”, agregó el directivo del Infonavit.
Sobre el abandono de vivienda, Martínez Velázquez sostuvo que el tener ciudades abandonadas, aunque en suma se movió una industria que equivale a 6 puntos del PIB, al final el Infonavit se quedó sin el pago de esas casas y la gente, se quedó sin ahorros al solicitar el crédito y no hubo más gente con vivienda.
En ese sentido, recordó, que a partir de 2022 las viviendas que financia el Infonavit deben tener en un rango de 2.5 kilómetros una primaria y una secundaria, así como centros de abasto, de salud y recreación.
Siguiendo con el tema del acceso al crédito, en un país donde más del 50% de la población económicamente activa (PEA) está en la informalidad, se tiene que democratizar el acceso a los servicios financieros, procurando “la inclusión financiera total”, señaló Majós de Gentera.