En nueve capítulos, Campos habla de las diferentes desigualdades que afectan al país, y proporciona una reflexión sobre su alcance, profundidad y consecuencias. El autor subraya que en 130 años, la desigualdad regional entre el norte y el sur no ha disminuido.
A través de estudios propios y del CEEY, Raymundo Campos presenta una biografía de las desigualdades en México.
“Tenemos desigualdades excesivas cuando somos niños y cuando somos adolescentes. También nos enfrentamos a otras desigualdades cuando entramos en el mercado laboral y a otras cuando somos adultos mayores, de tal manera que las pasamos a la siguiente generación”, explicó.
Hablando de la niñez, señaló Campos, “dónde naces y quiénes son tus padres son determinantes”.
En el libro, Raymundo Campos sostiene que en una sociedad con desigualdades excesivas una empresa le puede vender a menos personas, es decir, hay un mercado interno más débil.
“Como empresa, puedo hacer más dinero si hay más igualdad. Y No solo eso, si hay más desigualdades no puedo dedicarme a lo que yo quiera. Imagínate, todos los artistas, investigadores, académicas, médicos, ingenieras; toda la creatividad que hemos perdido en este país por esas desigualdades excesivas que hemos tenido”, lamentó Campos, quien estudió un doctorado en Economía por la Universidad de California.
A diferencia del sur del país, la movilidad social es más alta en el norte y en la Ciudad de México. “¿Por qué es más alta? Porque esas personas tienen acceso a servicios públicos que no tienen en el sur del país. Las habilidades sí están bien distribuidas, pero las oportunidades no lo están”.
Las desigualdades también se trasladan a la vida laboral, las cuales se combinan con discriminación por etnias, por embarazo y tono de piel. Cuando esta desigualdad es excesiva genera estrés y ansiedad a toda la población, no solo a quienes viven en pobreza.
La solución
Al tomar en cuenta que desde hace más de un siglo de desigualdades entre el norte y el sur, el problema va más allá de corrientes ideológicas y partidos políticos, apunta Raymundo Campos.
Las desiguales excesivas de México se tienen que abordar desde un punto de vista multidimensional, por lo que una sola política no será suficiente para hacerle frente, sino echar mano de un “conjunto de políticas”, precisó el autor.
Para reducir dichas desigualdades es preciso proveer servicios públicos de calidad en todo el país -educación, salud, transportación, seguridad, etc.-, hay que combatir la discriminación en todos los aspectos.
“Necesitamos recaudar más y gastar de forma efectiva, invertir de forma efectiva para poder reducir estas desigualdades. Si no hacemos esto, los avances no se van a ver”, adelantó Campos.