La inflación ascenderá a 6.3% el próximo año, frente al 5.5% previsto anteriormente, antes de disminuir a 3.4% en 2024 y a 2.3% en 2025, cerca del 2% previsto a plazo.
La economía de la zona del euro podría experimentar además una contracción en este trimestre y el próximo debido a la crisis energética.
La institución calcula que el crecimiento será moderado el próximo año, pero a más largo plazo deberá recuperarse, subraya.
Las proyecciones prevén un crecimiento de la economía de 0.5 % para 2023 y de 1.9 % para 2024.
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, justificó la reducción de la previsión de crecimiento por "la guerra contra Ucrania", que alimenta el alza de los precios de la energía y de los alimentos.
En un movimiento que siguió pasos similares esta semana por parte de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos y el Banco de Inglaterra (BoE), el BCE aumentó la tasa que paga sobre los depósitos bancarios en 50 puntos base a 2%, alejándose aún más de una década de política ultraflexible.
Esa decisión, esperada por el mercado, marcó una desaceleración en el ritmo de endurecimiento de las alzas de 75 puntos base en cada una de las dos reuniones anteriores del BCE, ya que las presiones de precios muestran algunos signos de tocar techo y se avecina una recesión.
"Consideramos que las tasas de interés aún tendrán que subir significativamente y a un ritmo constante", dijo la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en una conferencia de prensa, y añadió que se prevén más aumentos de 50 puntos base durante "un período de tiempo considerable".
"Mantendremos el curso, no será suficiente atacar y retirarse".