Pero algunos analistas, accionistas e incluso ejecutivos de Grupo México, presidido por el multimillonario Germán Larrea, aún no están convencidos de la lógica industrial de la operación.
Un ejecutivo del conglomerado que habló bajo condición de anonimato dijo que no estaba convencido de la decisión de hacer una oferta por el prestamista de consumo número tres de México por volumen de activos y agregó que la mayoría de los directores habían sido "sorprendidos" por el plan.
Añadió que Larrea manifestó a personas con información privilegiada que el grupo quería invertir el efectivo ocioso en Banamex, habiendo descartado nuevas inversiones en mercados más turbulentos como Perú, donde Grupo México ya controla Southern Copper.
Un portavoz de Grupo México declinó hacer comentarios sobre la postura de los consejeros respecto a la operación.
Citi luchó durante años para cumplir su objetivo de convertir Banamex, acosado por un legado de falta de inversión y una serie de escándalos, en un "banco de vanguardia".
Un analista "buy side" en un fondo local de inversión en Grupo México, que habló bajo condición de anonimato, también opinó que la compañía necesitaría invertir fuertemente en Banamex, dado que los grandes bancos están sintiendo la presión de empresas fintech más ágiles.
"El sistema bancario mexicano tiene una competencia muy grande (...) Dada la importancia que tienen las fintechs actualmente, y todo el capex que está llevando la competencia para el tema digital, creo que realmente te estás metiendo en un negocio donde todavía se requiere (más) capex", señaló el analista. "No puedo ver dónde están las sinergias, no sé de dónde van a partir", añadió.
Tanto Citi como Grupo México declinaron hacer comentarios.
Los directivos de la Asociación de Bancos de México tampoco quisieron hablar sobre la posibilidad de que una minera adquiriera un banco cuando se les preguntó en una conferencia a finales de enero.
La cuota de Banamex en el mercado crediticio ha caído hasta el 9.3% desde el 22.5% que tenía cuando Citi lo compró en 2001, y se ha situado sistemáticamente por detrás de sus homólogos en rentabilidad sobre activos, según datos del regulador.
Mientras tanto, Larrea podría enfrentarse a obstáculos a la hora de recortar costos en el antiguo banco estatal, dado que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que se opone a los despidos masivos.
La posibilidad de que Grupo México tenga que cargar con una nueva filial costosa y difícil de manejar ha asustado a algunos analistas.
HSBC rebajó la calificación de la operación a "mantener" desde "comprar" cuando surgieron los primeros informes en diciembre de que se estaba explorando el acuerdo. "No vemos sinergias ni razones para la adquisición", decía su informe.
José Vázquez, analista financiero del Grupo Bursatil Mexicano, coincidió en que era difícil ver positivamente la operación.
"Agregarle un brazo adicional completamente diferente (...)sin duda, el mercado no lo tomaría muy bien", afirmó.
De hecho, las acciones de Grupo México -que en general han tenido un buen comportamiento este año- cayeron un 9% a mediados de enero tras las reportes aparecidos en medios de que Larrea estaba en la "pole position" para la operación.
Se espera que el empresario utilice el conglomerado cotizado en bolsa para financiar la venta en lugar de desembolsar él mismo el efectivo. En una conferencia sobre resultados celebrada la semana pasada, Grupo México declinó responder a preguntas sobre la operación.
Los inversores y analistas locales no se muestran totalmente pesimistas sobre la posible operación y algunos citan la agudeza empresarial de Larrea.
"Lo veo más como un magnate comprando un banco que como un minero comprando un banco", dijo Carlos Alberto González, director de análisis y estrategia bursátil de Monex. "Un banco siempre va a complementar un portafolio".
Larrea no sería el primer multimillonario mexicano en añadir una cartera bancaria a su imperio. Carlos Slim, la persona más rica del país, hizo su fortuna en las telecomunicaciones, pero también cuenta con el Grupo Financiero Inbursa entre sus participaciones.
Mientras tanto, los analistas de Barclays argumentaron a finales del año pasado que un negocio de banca minorista de calidad podría suavizar la volatilidad del negocio minero.
Sin embargo, los bancos también llevan pesadas cargas tecnológicas y regulatorias, lo que podría ser un oneroso lastre para la minera dada su inexperiencia en el sector financiero, dijo David Suárez, exdirector financiero de Banamex, rival de Banorte, ahora vicepresidente de un fideicomiso de inversión agrícola.
"(A los inversionistas) les preocupa la falta experiencia de Grupo Mexico para manejar un banco de ese tamaño", dijo a Reuters, enfatizando que Larrea necesitará atraer o retener equipos "de primera" en la gerencia y el consejo.
"Este es un banco de consumidores nacional. Es de un tamaño completamente diferente", advirtió.