El pasado diciembre, Morgan Stanley ya despidió a 1,600 de los 81,567 empleados que tenía entonces.
Esta medida se produce en un ambiente generalizado de despidos por parte de grandes compañías y poco después del anuncio de sus resultados del primer trimestre, en el que Morgan Stanley logró unos beneficios netos de 2,980 millones de dólares un 19% menos que en los tres primeros meses de 2022.
Entre enero y marzo de este año, Morgan Stanley facturó 14,517 millones de dólares, una bajada interanual del 2%.
Los bancos de inversión de Wall Street sufrieron una recesión en toda regla debido a que los inversionistas se volvieron más cautelosos acerca de la volatilidad de mercados y las tasas de interés en rápido aumento.
Las ofertas públicas iniciales también se han estancado virtualmente porque las nuevas empresas están aplazando las salidas a bolsa hasta que mejore la confianza de los inversores.
Los volúmenes de fusiones y adquisiciones se redujeron casi a la mitad en el primer trimestre respecto al año anterior en Estados Unidos, según datos de Dealogic.
El presidente ejecutivo de Morgan Stanley, James Gorman, declaró en diciembre que el banco aplicaría recortes de empleos "modestos" en su plantilla global, sin dar una cifra exacta.
Con información de EFE y Reuters