McCarthy dijo a los periodistas tras más de una hora de conversaciones con Biden que los negociadores van a "reunirse, trabajar durante la noche" para tratar de encontrar un terreno común.
"Creo que hemos tenido una discusión productiva. Todavía no tenemos un acuerdo", dijo McCarthy. "Creo que aún podemos llegar a él".
El líder republicano dijo que esperaba hablar con Biden todos los días, pero que no estaba dispuesto a considerar su plan para recortar el déficit subiendo los impuestos a los ricos y cerrando las lagunas fiscales de las industrias petrolera y farmacéutica. McCarthy se centró en reducir el gasto en el presupuesto federal de 2024.
Cualquier acuerdo para elevar el límite de deuda debe ser aprobado por ambas cámaras del Congreso. El Tesoro estadounidense ha advertido de que podría ser incapaz de pagar todas sus facturas a partir del 1 de junio.
Si no se eleva el techo de la deuda, ocurriría una suspensión de pagos que sacudiría los mercados financieros y elevaría las tasas de interés de todo tipo, desde los préstamos para los automóviles hasta las tarjetas de crédito. La incertidumbre ya pesa sobre los inversores y las acciones.
Los republicanos de McCarthy controlan la Cámara con 222 congresistas frente a 213, mientras que los demócratas de Biden tienen una mayoría en el Senado de 51 a 49, lo que hace difícil alcanzar un acuerdo bipartidista que asegure suficientes votos para ser aprobado.
Los republicanos están presionando para que haya fuertes recortes del gasto —excepto en defensa, donde quieren aumentos— a cambio de respaldar un aumento del límite de endeudamiento autoimpuesto por el Gobierno, que cubriría los costos de los recortes de gastos e impuestos ya aprobados.
Los demócratas quieren mantener el gasto en los niveles de este año, mientras que los republicanos quieren volver a los niveles de 2022. Un plan aprobado por la Cámara el mes pasado recortaría una amplia franja del gasto público un 8% el año próximo.
Biden había dicho antes de la reunión que consideraría recortes del gasto junto con ajustes fiscales, pero que la última oferta de los republicanos era "inaceptable".