“Ok”, respondió Ariadna, quien pidió solo usar uno de sus nombres de pila. “Al rato me entero”.
¿Quién compró Banamex?, se va a OPI
Cuando llegó a las oficinas del banco, el ambiente era el mismo: gente apurando el paso y sumida en sus teléfonos. Fue hasta que sus colegas la saludaron cuando realmente se sumergió en el tema.
Lo primero que notó fue que la mayoría sentía incertidumbre. Germán Larrea, pese a lo que se decía de él, era una figura visible como comprador.
“Creo que muchos se querían sentir tranquilos sabiendo quién sería el comprador y empezar un proceso claro hacia un nuevo grupo. Queríamos ponerle cara al nuevo dueño”, contó Ariadna.
Afuera del corporativo era un día más. El resto de los empleados llegaron sin prisa, ni aspavientos, los vigilantes daban acceso, algunos empleados salían a fumar y hacer llamadas, pero las conversaciones no eran sobre la noticia financiera del día. Un lustrador de zapatos afuera del edificio esperaba clientes como cualquier otro día y, a unos metros, Tlacoyos y Tacos Cruz atendió con normalidad a sus clientes.
Un chofer de las camionetas que Citibanamex dispone para llevar a sus empleados desde y hacia el Metro más cercano confirmó que nadie hablaba del tema.
“Cada quien va en lo suyo, oyendo música, leyendo, pero ninguna conversación de lo que preguntas (venta de Citibanamex)”, comentó a Expansión.
Que la saga del banco y sus pretendientes haya dado vuelta a la página no alteró la rutina del miércoles en el corazón de su corporativo.
Dudas y miedo, el sentir de clientes y empleados
En una sucursal al Oriente de la Ciudad de México, Andrea Landey, clienta de Citibanamex desde hace 16 años, sintió alivio de que el banco no encontrara comprador por una peculiar razón.
“Así ya no tengo que cambiar mi cuenta de nómina por miedo a no saber en dónde quedan mis ahorros”, dijo. “(Cuando se anunció la venta) sí me preocupé porque no sabía dónde iba a quedar mi dinero”.
Javier Florido, cliente en la misma sucursal, aseguró que nunca temió por sus ahorros e, incluso, ve una buena oportunidad para hacerse de acciones del banco en cuanto salga a la Bolsa, si el precio es adecuado. Tampoco ve con malos ojos el deseo presidencial de hacer de Banamex un banco del gobierno.
“Los servicios financieros en México son muy caros”, aseveró Florido. “Los bancos cobran comisiones muy altas y por todo”.
En las sucursales Citibanamex de Patio Santa Fe y del Centro Comercial Santa Fe, la gente usaba los cajeros automáticos e ingresaba y salía de sus instalaciones con normalidad.
“No sabía”, comentó una persona a la que se le preguntó sobre la venta de Banamex. Pero más tarde otros cuatro clientes dijeron tener conocimiento.
“He seguido la noticia, y el que el señor Larrea desistiera (de la compra), no habla bien. Si ya había hecho una propuesta y ahora se desiste, me da dudas de que vaya a estar bien lo que sigue”, comentó María de los Ángeles Saraza, jubilada que se dedica al hogar.
“Si el gobierno compra Citibanamex, en una asociación público-privada (app), ahí si me pondría nervioso”, comentó César, quien trabaja en el sector financiero. Agregó que si este escenario se concreta, se llevará los productos que tiene en este banco a otra institución.
Ariadna no se conectó a la sesión virtual con Torres Cantú y Romo, minutos antes de ese correo recibió otro en el que se le explicó a todos los empleados la resolución de la salida a Bolsa y lo que implica el proceso. También leyó un par de notas periodísticas y con eso se sintió satisfecha.
“Sí, tengo dudas y algo de miedo”, dijo. “Es como empezar otra vez desde cero otro proceso, no tuvimos dueño, vamos a la Bolsa y quién sabe ahí qué vaya a pasar”.
Por Gonzalo Soto, Mario Alberto Verdusco, José Avila y Josep Rodríguez