Citigroup, por su parte, dijo que los beneficios se desplomaron 36% en el segundo trimestre, ya que la debilidad del negocio de negociación del banco empañó las ganancias de su banca personal y gestión de patrimonios.
Los consumidores estadounidenses siguen teniendo un balance saneado, dijeron los bancos, pero advirtieron que el gasto se está desacelerando y ha habido un modesto deterioro de la deuda de algunos consumidores.
"La economía estadounidense sigue siendo resistente", dijo el presidente ejecutivo de JPMorgan, Jamie Dimon. No obstante, añadió que los consumidores están "agotando lentamente sus reservas de efectivo".
En una conferencia telefónica, el director financiero del mayor banco estadounidense, Jeremy Barnum, dijo que la demanda de crecimiento de los préstamos está apagada, aparte de los segmentos de tarjetas y autos.
Asimismo, precisó que el banco está viendo "brotes verdes" en el comercio y la banca de inversión, pero que es demasiado pronto aún para hablar de una tendencia.
La preocupación por la salud de la economía estadounidense ha aumentado en un contexto de agresivas alzas de tasas de la Reserva Federal y de una inflación elevada. Los inversores temen que los tipos altos lleven a la economía a una recesión, pero las perspectivas siguen siendo inciertas.
El presidente ejecutivo de Wells, Charlie Scharf, dijo que el abanico de escenarios para la economía debería reducirse en los próximos trimestres. Por ahora se está comportando mejor de lo que muchos esperaban, pero es probable que la desaceleración continúe.
Wells Fargo dijo que las cancelaciones de créditos al consumo, es decir, las deudas que un banco ha dado por perdidas y no espera recuperar, continuaron deteriorándose de forma modesta.