Estados Unidos escaló el jueves sus objeciones a las restricciones impuestas por México a las importaciones de maíz genéticamente modificado y solicitó la creación de un panel de solución de diferencias en el marco del TMEC, informó la oficina del Representante Comercial (USTR, por su sigla en inglés).
Estados Unidos escala pleito comercial con México por maíz transgénico
La solicitud de enviar la disputa a los árbitros se anuncia tras el fracaso de consultas formales para resolver las profundas diferencias entre los dos estrechos socios comerciales sobre el uso de maíz transgénico, ampliamente producido por los agricultores estadounidenses.
A finales de julio, el gobierno mexicano dijo que la producción de maíz alcanzará 28.5 millones de toneladas en 2023, es decir dos millones de toneladas más que lo registrado año previo.
México produce en su gran mayoría maíz blanco, pero en los últimos años ha intensificado una campaña para elevar el cultivo de maíz amarillo, usado principalmente para alimento de ganado, en una búsqueda por reducir las voluminosas importaciones de este tipo de grano desde Estados Unidos.
El país importa desde Estados Unidos unas 17 millones de toneladas al año de maíz amarillo.
Washington alega que el decreto de México que prohíbe las importaciones de maíz transgénico utilizado en masa y tortillas para el consumo humano no se basa en ciencia y viola sus compromisos en virtud del acuerdo comercial de América del Norte, en marcha desde 2020.
Si el panel falla a favor de Estados Unidos y México no cumple con sus directivas, la USTR ganaría en última instancia el derecho de imponer aranceles punitivos a los productos mexicanos, una medida que podría desencadenar una guerra comercial norteamericana.
La representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, dijo en un comunicado que la medida tenía por objeto hacer cumplir las obligaciones de México en el TMEC de mantener las regulaciones basadas en ciencia sobre la biotecnología agrícola.
"Es fundamental que México elimine sus medidas biotecnológicas inconsistentes con el TMEC para que los agricultores estadounidenses puedan seguir accediendo al mercado mexicano y utilizar herramientas innovadoras para responder a los desafíos climáticos y de seguridad alimentaria", dijo Tai.
México compra cada año unos 5,000 millones de dólares a Estados Unidos en maíz, principalmente para alimento de ganado. El país afirma que el maíz biotecnológico perjudica a las variedades autóctonas y puede tener efectos nocivos para la salud, una afirmación que la parte estadounidense cuestiona.
México también planea prohibir el herbicida glifosato, que considera peligroso en medio de acuerdos judiciales con pacientes de cáncer, a pesar de que los reguladores de todo el mundo han determinado su seguridad. Muchas variedades de maíz transgénico están modificadas para tolerar el herbicida.
Canadá está preocupado
El ministerio de Comercio de Canadá, que se ha adherido a las preocupaciones de Estados Unidos sobre las políticas de maíz de México, "está considerando sus próximos pasos", dijo una portavoz, añadiendo que la ministra Mary Ng "ha sido consistentemente clara sobre la importancia de mantener enfoques basados en ciencia para las aprobaciones de biotecnología".
Los futuros del maíz recortaron temporalmente las ganancias en la Bolsa de Chicago tras el anuncio de la USTR, ya que los operadores temían que la disputa pudiera amenazar las exportaciones estadounidenses a México.
Consultas infructuosas
La solicitud del panel se produce tras 75 días de consultas formales solicitadas por funcionarios estadounidenses en junio.
La nación latinoamericana ha pedido la cooperación de Washington para realizar conjuntamente una investigación científica sobre los efectos en la salud del maíz modificado genéticamente, pero un funcionario mexicano de alto nivel dijo a Reuters a inicios de agosto que Estados Unidos se ha negado.
México argumenta que el maíz biotecnológico perjudica a las variedades autóctonas y puede tener efectos adversos para la salud.
"El enfoque mexicano de la biotecnología no se basa en ciencia y va en contra de décadas de pruebas que demuestran su seguridad y del riguroso sistema de revisión reguladora basado en ciencia que garantiza que no supone ningún daño para la salud humana y el medio ambiente", dijo el secretario estadounidense de Agricultura, Tom Vilsack, citado en el comunicado.
Añadió que las innovaciones en biotecnología agrícola para mejorar los rendimientos también ayudan a aliviar los retos de la seguridad alimentaria y nutricional mundial, el cambio climático y la inflación de los precios de los alimentos.
La decisión de la USTR fue bien recibida por grupos comerciales de maíz de Estados Unidos y de legisladores estadounidenses de ambos partidos, que afirman que las políticas de México estaban perjudicando a los agricultores estadounidenses.
¿Qué dice el T-MEC?
Según las normas del T-MEC, debe convocarse en un plazo de 30 días a un panel de cinco personas, elegidas de una lista de expertos preaprobados, con un presidente elegido conjuntamente y dos panelistas mexicanos elegidos por la parte estadounidense y dos panelistas estadounidenses seleccionados por la parte mexicana.
El panel examinará los testimonios y las comunicaciones escritas; su informe inicial deberá presentarse 150 días después de que es convocado.
El año pasado, grupos especiales de solución de diferencias del TMEC fallaron a favor de Estados Unidos en una disputa sobre cuotas de lácteos canadienses y en su contra sobre normas de origen del sector automotriz, poniéndose del lado de México y Canadá.
Hay otros desacuerdos entre Estados Unidos y México, sobre todo en materia de energía, en el que Washington ha argumentado que la política nacionalista de México perjudica a las empresas extranjeras.