Estados Unidos, sin embargo, rechazó esta petición y dejó claro que no participará en nuevos estudios científicos con México, señaló el subsecretario mexicano de Agricultura, Víctor Suárez, en una entrevista con Reuters la tarde del miércoles.
Los dos países discutieron la petición de México incluso durante una visita del secretario de Agricultura estadounidense, Tom Vilsack y en charlas en Washington, dijo Suárez.
"No quisieron poner un periodo en que las dos partes se pusieran de acuerdo para hacer estudios de impacto a la salud animal y a la salud humana", dijo Suárez durante la entrevista en su oficina en Ciudad de México.
"Ellos deciden qué necesitamos producir en México y qué necesitamos comer en México; eso es soberbia", consideró. "¿Su ciencia es palabra de Dios? Eso no es ciencia, eso es ideología", subrayó.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos remitió a Reuters a comentarios anteriores de Vilsack en los que afirmaba que su país "discrepa fundamentalmente" de la postura que México ha adoptado en el tema de la biotecnología.
México quiere prohibir definitivamente el maíz transgénico en la tortilla, alimento básico en la dieta de los mexicanos elaborado con maíz blanco y, eventualmente, sustituir el maíz amarillo genéticamente modificado de consumo animal, argumentando que el grano biotecnológico perjudica las variedades nativas y puede tener efectos adversos para la salud.
Estados Unidos ha argumentado, por su parte, que el plan de México no tiene base científica y perjudicará a los agricultores estadounidenses.
A inicios de junio, Washington solicitó consultas de solución de controversias en el marco del tratado comercial de América del Norte, T-MEC. Si ambas partes no resuelven el conflicto en un plazo de 75 días, Estados Unidos puede solicitar un panel para que decida el caso. Días más tarde, Canadá se sumó a las consultas.