Se prevé que a finales de 2024, el comercio mundial se de la mitad del promedio de la década anterior. Y las crecientes presiones geopolíticas pueden crear todavía mayores riesgos.
"El crecimiento mundial se desacelerará por tercer año consecutivo: del 2.6% el año pasado al 2.4% en 2024, casi tres cuartos de punto porcentual por debajo del promedio de la década de 2010", señaló la institución.
Una trampa de pobreza
Si no hay un cambio de rumbo, la década de 2020 pasará a la historia como una de oportunidades desperdiciadas, señaló Indermit Gill, economista jefe y vicepresidente senior del Grupo del Banco Mundial.
Además, los países en desarrollo podrían quedar atrapados en una trampa de pobreza: "con niveles paralizantes de deuda y un acceso precario a los alimentos para casi una de cada tres personas".
Durante 2023, estos países promediarán un crecimiento de la inversión per cápita de solo 3.7%, en 2023 y 2024, apenas poco más de la mitad de la tasa de las dos décadas anteriores.
¿Cómo salir de la trampa?
Para lograr un auge sostenido de la inversión, las economías en desarrollo deberían acelerar el crecimiento de la inversión per cápita en al menos 4%, durante un lapso de al menos 6 años.
Con este esfuerzo, podrían observar una reducción más acelerada de la pobreza y un auge de la productividad. Todo ello con menor inflación, mayor holgura fiscal y mejores condiciones externas, además de una más rápida expansión del acceso a servicios como internet.