Detrás de esta recaudación existe la digitalización de procesos desde la factura y comprobantes de pagos digitales (cfdi), hasta la contabilidad electrónica, la cual tuvo un gran avance en el sexenio pasado, cuando Aristóteles Núñez estaba a la cabeza del SAT. También la digitalización de cuentas bancarias y operaciones financieras.
Avance de la tecnología
“El mundo se comunica, antes era fácil evadir, antes, por decir, llevabas tu dinero a África y la autoridad fiscal no se enteraba en México, hoy sí hay forma, los países y los bancos intercambian información, y se ha eliminado paulatinamente el uso de efectivo”, explicó Víctor Manuel Cámara Flores, presidente de la Comisión Fiscal del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP).
Con el avance de la digitalización de procesos, el SAT tiene más información y puede hacer cruces de datos, revisiones vía digital, y por medios digitales también puede enterar a los contribuyentes de supuestos adeudos que deben pagar, eso también les implica ahorros a la autoridad y mayor efectividad para el cobro, en vez de buscar a los contribuyentes a su domicilio, detalló Pedro Antonio Aguilar Domínguez, presidente del Comité Técnico Nacional de Estudios Fiscales del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
También la digitalización permite revisiones más precisas al fisco. Información de Hacienda detalla que por cada peso invertido en los actos de fiscalización, como auditorias, en el periodo enero-septiembre de este año, se obtuvieron 193 pesos, por medio de la recuperación de cifras cobradas, en 2019 por cada peso invertido se recuperaban 84.9 pesos.
La reforma que sí aplicó
Si bien el discurso en este sexenio es que no hubo reforma para aplicar nuevos impuestos, desde 2020 se aprobaron cambios (conocidos como la reforma penal-fiscal) para judicializar los procesos que se relacionaran con cuestiones fiscales, como la posibilidad de prisión oficiosa por adeudos.
“Ahora es más fácil para el contribuyente determinar cuánto es lo que tiene que pagar, al no querer tener un problema de índole mayor; hablando de un delito fiscal,no le queda más que acercarse y no tener otra opción más que pagar (…) vemos que la recaudación crece año con año, y cada vez se ven más contribuyentes preocupados por cumplir, porque saben que si no cumplen alguien los puede revisar y tener consecuencias económicamente gravosas o incluso de tipo penal”, detalló el especialista del IMCP.
Agregó que las tareas de fiscalización se han enfocado especialmente en revisar más a las grandes empresas; “no hay tolerancia, las reformas que se han adoptado desde 2020, son antielusión o antiabuso, se apegan a las normas internacionales a los comités de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, donde han salido iniciativas para evitar la evasión y elusión fiscales”.