"Hay una ausencia notoria de cualquier elemento de responsabilidad fiscal, es decir, acciones concretas o mecanismos concretos de política pública que hagan que estas medidas sean sostenibles a largo plazo", dice en entrevista Víctor Gómez Ayala, director de Analítica de Datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
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El especialista señala que aunque hay elementos para fondear el arranque de esta iniciativa, la misma carece de atributos para que se siga fondeando en el largo plazo sin comprometer el gasto público.
La reforma que plantea el presidente busca que el 75% del Fondo de Pensiones del Bienestar se conforme de los recursos provenientes del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, ingresos por la venta de inmuebles, pagos pendientes que se tienen con el SAT.
Un 25% de este Fondo estará conformado por remanentes de fideicomisos del poder judicial, la eliminación de los organismos autónomos, de las utilidades de la Sedena y la Marina, así como donaciones o aportaciones de personas físicas o morales.
El dinero de este Fondo es dinero de una sola vez y muchas veces no es dinero líquido, coinciden los expertos. "Difícilmente todos van a estar líquidos para libre disposición en gasto en pensiones prácticamente de manera inmediata", destacó Gómez Ayala.
Para otros expertos, uno de los mayores engaños de la iniciativa está en suponer que una aportación de una sola vez sirve para financiar pensiones de largo plazo.
"Cuando venda lo poco que tiene, que no tiene nada realmente valioso, vamos a juntar el fondo. Ridículo. Peor aún, vamos a suponer que el fondo ya esté constituido y que haya 65,000 millones de pesos. ¿Para qué alcanza? Para muy poco. Las pensiones son artefactos de largo plazo", dijo Carlos Ramírez, ex director de la Consar.
La falta de detalles en el esquema de financiamiento apuntan a que se trata de una reforma con fines electorales.
"En el ánimo electoral, el presidente está utilizando para promover su iniciativa prácticamente cualquier beneficio que le reeditúe popularidad. Eso no quiere decir que sea factible, ni que se vaya a aprobar, ni que vaya a conseguir el apoyo legislativo para implementarlo", añade Gómez Ayala.
Para la Asociación Mexicana de Afores (Amafore), la propuesta del persidente "tiene congruencia con lo que sucede en otros países", para quienes perciben salarios por encima del promedio, la tasa de reemplazo estatutaria no alcanzará el 100%.
"Las Afores nos sumaremos a los esfuerzos que construyan sobre esta iniciativa que es en beneficio de los trabajadores de nuestro país", apuntó.
¿Tendré una pensión con el 100% de mi sueldo?
No, al menos no para todos los trabajadores.
El problema que enfrentará el país en los siguientes años es que habrá cada vez más personas en edad avanzada y con problemas de ahorro, estima Moisés Pérez, director de retiro y bienestar financiero de AON.
"Se mezcla una receta muy compleja, sobre todo para las siguientes generaciones más jóvenes que van a tener que estar de alguna forma cubriendo el gasto a través de sus impuestos o algunas otras iniciativas que suceden, para esa población que va a exigir alimentos, salud, vivienda, manutención, etc", apuntó.