El primer informe de Comercio Ilícito de Alimentos y Fraude Alimentario de la OMC advierte que los productos alimenticios adulterados o contaminados pueden plantear graves riesgos para la salud de los consumidores y tener consecuencias mortales.
Incluso los productos falsificados que no causan daño, pero que no contienen los ingredientes anunciados, defraudan a los clientes y erosionan la confianza de los consumidores en la cadena de suministro de alimentos.
Productos más impactados por fraude alimentario
Carne: está sujeta a sustitución y etiquetado incorrecto, donde carnes más baratas o de menor calidad se venden como otras de mayor precio o mejor calidad. Por ejemplo, la carne de caballo puede venderse como carne de vacuno.
En 2013, se descubrió carne de caballo en productos cárnicos vendidos en toda Europa. El escándalo se originó en Irlanda y se extendió a otros países, provocando la retirada de millones de productos y pérdidas financieras importantes para la industria.
Mariscos: son un producto de alto valor que está sujeto a sustitución y etiquetado incorrecto, también las especies de pescado de menor precio pueden etiquetarse como más caras, o el pescado de piscifactoría (crianza de especies en granjas acuáticas) puede venderse como pescado silvestre.
Bebidas alcohólicas: son productos de alto valor sujetos a falsificación y contrabando, en la cual, versiones más baratas, falsas o adulteradas se venden como si fueran más caras. También puede producirse un etiquetado incorrecto del origen o la cosecha. Según la World Spirits Alliance (WSA, 2022), cada año se pierden alrededor de 8,900 millones de dólares de ingresos fiscales debido al alcohol ilícito.
Café: es un producto popular y valioso que está sujeto a fraude alimentario al que a menudo se le añaden ingredientes más baratos como maíz, soja o ramitas. También puede producirse un etiquetado incorrecto del origen o del tipo de grano.
Leche: es objeto de fraude alimentario con la inyección de agua u otras sustancias para aumentar el volumen y reducir el costo. Esto puede conducir a una disminución de la calidad y la seguridad.
En 2018, en China la fórmula infantil fue adulterada con melamina, una sustancia tóxica que se utiliza para aumentar los niveles de proteínas en el producto, esto provocó la hospitalización de miles de bebés y algunas muertes.
Especias: se usan ingredientes más baratos, como rellenos o colorantes artificiales. Por ejemplo, la cúrcuma a veces se adultera con cromato de plomo, una sustancia tóxica.
Aceite de oliva: es un producto popular y caro que está sujeto a fraude alimentario con el uso de aceites más baratos, como el de girasol o de canola, o con atajos en la fabricación de aceite de oliva virgen extra. Esto puede provocar una disminución de la calidad y el valor nutricional.
En 2016, en España hubo un incidente que implicó el etiquetado incorrecto de aceite de menor calidad como aceite de oliva virgen extra en España. La investigación reveló que algunos productos contenían hasta un 80% de aceite de calidad inferior y el resto estaba compuesto de aditivos y colorantes artificiales.
Miel: se diluye con edulcorantes más baratos, como el jarabe de maíz o el azúcar. También puede ocurrir un etiquetado incorrecto del origen o la fuente floral.