Las tarifas aduaneras impuestas por Estados Unidos a China ascendieron a 145% y los gravámenes acumulados para ciertos productos alcanzaron el 245%. En respuesta, China impuso recargos del 125% a los productos estadounidenses.
Pero tras dos días de negociaciones en Ginebra, las dos mayores potencias económicas mundiales anunciaron una suspensión que entrará en vigor "de aquí al 14 de mayo".
En concreto, los productos chinos importados en Estados Unidos pagarán un arancel del 30% porque Washington no ha quitado una sobretasa del 20% introducida antes de abril.
Los productos estadounidenses que entran en China pagarán 10% de aranceles.
"Reseteo"
"Ayer logramos un reseteo total con China después de conversaciones productivas en Ginebra", declaró Trump este lunes a periodistas en la Casa Blanca.
"La relación es muy, muy buena", dijo y añadió que hablará con su homólogo chino Xi Jinping "quizá al final de la semana".
La noticia tranquilizó inmediatamente a los mercados. Wall Street abrió con fuertes subidas: el Dow Jones ganó 2.66%, el Nasdaq 4.16% y el S&P 500 2.97%, en la estela de los mercados asiáticos y europeos.
"Queremos una (relación) comercial más equilibrada", declaró desde Ginebra el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent. Reconoció que las barreras aduaneras introducidas en los últimos meses han establecido de facto un "embargo" al comercio entre ambos países.
La reducción de estos gravámenes se enmarca "en el interés común del mundo", comentó por su parte el Ministerio chino de Comercio, que aplaudió "progresos sustanciales" en las negociaciones comerciales con Washington.
Es la primera señal concreta de calma en una guerra comercial que ha sacudido a los mercados y alimentado los temores de inflación y desaceleración económica en Estados Unidos, China y el resto del mundo.
"Ninguna de las partes quiere que las economías estadounidense y china se disocien", declaró desde Ginebra Bessent.
En una entrevista concedida el lunes a la cadena estadounidense CNBC, Bessent habló de una nueva reunión chino-estadounidense "en las próximas semanas para trabajar en un acuerdo más sustancial".
Explicó que quiere abordar con Beijing las llamadas "barreras no arancelarias", que en su opinión impiden a las empresas estadounidenses prosperar en China. Suelen ser licencias o cuotas de importación.
"En realidad, China tiene aranceles bajos. Son estas barreras no arancelarias más insidiosas las que perjudican a las empresas estadounidenses que quieren hacer negocios allí", afirmó.
Según el otro negociador estadounidense en Ginebra, el representante comercial Jamieson Greer, Washington y Beijing también "trabajarán constructivamente" sobre el fentanilo, un potente opioide sintético que causa estragos en Estados Unidos y cuyos precursores químicos se fabrican en parte en China.
Trump impuso un 20% de aranceles a los productos chinos para combatir el tráfico de fentanilo que, según él, fabrican los cárteles de la droga mexicanos.
El anuncio de este lunes "va más allá de lo que esperaban los mercados", subraya Zhiwei Zhang, presidente y economista jefe de Pinpoint Asset Management, que lo considera un "buen punto de partida para que los dos países negocien".