El apetito de crédito de parte de gobiernos y de empresas está estancado mientras que el consumo se mantiene resiliente. Los gobiernos, por intentar cumplir con la meta del déficit fiscal, restringieron sus solicitudes de crédito y las empresas están renuentes a pedir créditos en tanto no haya más claridad sobre lo que pasará con el principal socio comercial de México: Estados Unidos y la renegociación del T-MEC.
"Hubo una combinación de un entorno con menores tasas de interés, dado que Banco de México ha estado reduciendo su nivel de referencia y por otro lado estamos viendo desaceleración en los ritmos de crecimiento en las carteras de crédito total", dijo en entrevista Alik García, subdirector de Análisis Bursátil en Valmex Casa de Bolsa.
Además, los bancos tuvieron que hacer mayores estimaciones preventivas por aumentos en la morosidad, provocando afectaciones en las utilidades.
Uno de los indicadores que permiten entender el comportamiento de la banca es el margen de interés neto (MIN), el cual es la diferencia entre los ingresos por intereses y los gastos de las instituciones financieras.
Entre el grupo de los siete bancos más grandes, sólo Banamex, HSBC y Scotiabank lograron crecimientos mientras que BBVA, Banorte, Santander e Inbursa vieron una reducción.
El especialista añadió que durante el tercer trimestre del año los bancos tuvieron que hacer un incremento en las estimaciones preventivas para riesgos crediticios ante el aumento de personas que no están cumpliendo a tiempo con sus créditos.
"(Los bancos) tuvieron que enfrentar, además, un crecimiento en los gastos de administración y promoción; entonces, tenemos una combinación de caída en ingresos y crecimiento en gastos", aseguró.
Bancos colocan menos crédito por culpa de los aranceles
En la cartera de crédito, los bancos tienen comportamientos mixtos: por un lado hay un menor dinamismo en la colocación de crédito a empresas e instituciones como HSBC fueron de las más afectadas, ya que su cartera de crédito cayó 4.72% en el tercer trimestre.
Scotiabank apenas creció su cartera 0.37%; Banorte y Santander crecieron su colocación en 6.9% y 6%, respectivamente.
Inbursa, empujado por su cartera de crédito automotriz, tuvo un aumento de su cartera de 7.45% mientras que BBVA creció 9.5%.
Las carteras de crédito crecían a doble dígito el año pasado.
"Esta desaceleración obedece principalmente a un entorno de incertidumbre debido a los aranceles, lo que ha provocado una mayor aversión al riesgo entre las empresas, especialmente aquellas con más exposición al sector externo", destacó García.
Para el experto, el impacto de los aranceles ha ralentizado la originación de nuevos préstamos en los sectores corporativo globales y las multinacionales, pero una vez que haya certeza sobre el T-MEC y las condiciones comerciales, el crédito se reactivará.
"Vamos a ver cómo va ese proceso, eso le puede dar mayor confianza al sector empresarial", dijo.
El consumo sostiene los resultados de los bancos
Aunque el crecimiento de la economía se ha deteriorado, especialmente en el tercer trimestre, el crédito al consumo que son las tarjetas de crédito, los créditos de auto, los préstamos personales y de nómina han mantenido un mejor comportamiento en el ritmo de crecimiento.
Esto se debe a que estos créditos tienen tasas de interés mucho más altas que los créditos comerciales. "A pesar de que disminuyen o se moderan los crecimientos en el otorgamiento de crédito, las tasas que está pagando este sector en particular, vemos un crecimiento".
García considera que hacia el cuarto trimestre del año, el crédito puede tener un mejor comportamiento.
"El crédito al consumo puede ser que sí mantenga ese crecimiento de doble dígito", apuntó. "Llevamos ya varios meses consecutivos con con esos crecimientos y muy probablemente va a persistir la resiliencia de ese sector".
Y es que algunos bancos, como Scotiabank, están empezando a volcar sus esfuerzos en los créditos al consumo para tener mejor rentabilidad en lo que la actividad económica se recupera.