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El ingeniero que cambió el modelo de atención en salud renal

Médica Santa Carmen trabaja para dar un nuevo rostro a la atención de pacientes con enfermedad de los riñones.
jue 16 agosto 2018 01:01 PM
Médica Santa Carmen
Mayor alcance. Andrés Gutiérrez, de 45 años, y su equipo desarrollaron un examen virtual para detectar daños en los riñones.

CIUDAD DE MÉXICO (Expansión) - El sector aeroespacial era prometedor. Andrés Gutiérrez, ingeniero mecánico, tenía un buen empleo en Texas como consultor en la industria, sus planes de carrera eran ambiciosos y los proyectos en los que participaba eran estratégicos. Pero, en 2011, decidió salir a explorar el mundo de la salud. John Shepperd, empresario dedicado a la venta de equipo médico, lo convenció de dejar las aeronaves e iniciar una compañía que ofreciera tratamiento a los pacientes con enfermedad renal en México.

La oportunidad de negocio era indiscutible. En el país, más de 120,000 personas vivían con ese padecimiento, según la UNAM. Y la oferta de tratamiento era limitada, costosa y, en la mayoría de los casos, de baja calidad. “En centros públicos y privados atestiguábamos esta tragedia”, dice Gutiérrez.

El ingeniero diseñó un modelo de negocio para ofrecer atención integral, que no sólo incluyera la terapia, sino también atención de nutriólogos, nefrólogos y psicólogos. Vendió su casa en Texas y reunió dinero de familiares, amigos y socios –Shepperd, Jaime Izzo y Buddy Morris– para fundar Médica Santa Carmen.

En noviembre de 2011, abrieron la primera clínica de tratamiento renal en Querétaro. Al inicio sólo facturaron 11,000 pesos. Hoy, la empresa reporta ingresos anuales por 100 millones de pesos y cuenta con siete clínicas, un laboratorio, un centro de cirugía y 200 empleados en la red de clínicas en Querétaro, Guanajuato, Jalisco y la Ciudad de México.

La política de calidad y el trato digno son sus diferenciadores. “Estamos haciendo más de 10,000 terapias al mes”, detalla Gutiérrez, ahora CEO de la compañía. El crecimiento anual del emprendimiento es de 50%, impulsado por contratos con el IMSS y también por su propia red de distribución de medicamentos importados. Este modelo integral atrajo la atención de inversionistas mexicanos, como el fondo ALLVP, GBM, Nacional Monte de Piedad y Promotora Social México, que han invertido más de 120 millones de pesos.

“El sector salud es uno de los focos rojos que tiene el país. Médica Santa Carmen no sólo da una atención más personalizada, sino que ataca un mercado en el que instituciones como el IMSS no se dan abasto”, comenta Óscar Franco, director de Selección en Endeavor, organización de cuya red forma parte el emprendimiento.

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Al principio, la compañía centró sus esfuerzos en atender al sector público, del que obtuvo contratos por más de 250 millones de pesos. Pero la pérdida de uno de esos convenios la puso al borde de la quiebra en 2015. “Perdimos 50% de la facturación”, recuerda Gutiérrez, quien comprendió que no podía depender del gobierno y, sin dejarlo de lado, ofreció sus servicios a otras empresas. Ahora, un tercio de sus pacientes proviene de aseguradoras, otro, del gobierno y uno más son clientes directos de bajos ingresos, a quienes ofrecen financiamiento.

Hasta 2016, unas 60,000 personas con insuficiencia renal crónica recibían terapia del IMSS. Cerca de 30% lo hacía a través de clínicas privadas mediante un esquema de subrogación, según el Conacyt.

Médica Santa Carmen cuenta con una plataforma digital conectada al IMSS para informar, en tiempo real, el estatus de cada terapia. Con la data crea nuevos algoritmos y modelos que mejoren la experiencia del paciente. “Las empresas que ofrecen un servicio de alta calidad cuentan con este tipo de plataformas de monitoreo, en la que puede haber una relación entre la calidad y el precio”, explica Ignacio García Téllez, director del sector Salud de KPGM.

La meta es tener 35 clínicas en 2021. “Nuestro ideal es eliminar la enfermedad renal, es un sueño guajiro, pero en eso trabajamos todos los días”, dice el emprendedor.

NOTA DEL EDITOR: Esta nota se publicó originalmente en la edición 1238 de la revista Expansión (1 de agosto de 2018).

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