Paula Santilli, el poder femenino de Pepsico
En su perfil de LinkedIn, Paula Santilli se describe como una “una campeona en el mundo femenil ejecutivo de América Latina”.
Y no es para menos. La ahora presidenta de PepsiCo Alimentos de México lleva cerca de 25 años trabajando en esta empresa, desempeñando cargos de dirección general en las unidades de negocio de alimentos y bebidas y en el segmento de snacks, tanto en México como en Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay. Es la segunda mujer con un puesto de dirección general de PepsiCo, aparte de la CEO global, Indra Nooyi.
En su nueva labor, que asumió en julio de 2017, busca armar un portafolio –integrado por Sabritas, Quaker, Gamesa y Sonric’s– más ‘sano’ para atender a un consumidor exigente, y aumentar la eficiencia de las operaciones en el campo.
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“Éste es el chiste de nuestra compañía. Nosotros tenemos que estar en la parte frontal de nuestro negocio, y nuestro negocio ocurre en el campo. Entonces, estamos con las botas puestas en el campo, arriba de tractores, de maquinaria de cosecha de papa, en zonas de lavado de papa o de jalapeño. Todos esos lugares los tenemos que ver siempre muy de cerca, y eso lo hago todo el tiempo”, destaca.
¿Cómo ha conseguido convertirse en la segunda mujer con un puesto de dirección general en la multinacional?
Con el trabajo basado en resultados, en donde el esfuerzo y el aprendizaje han sido mis principales motores. Por ejemplo, antes de ser presidenta de PepsiCo Alimentos México, uno de mis más grandes retos y responsabilidades fue mantener a la empresa como líder del sector de botanas en México, así como contar con un portafolio de marcas favoritas que se caracterizaran por ser innovadoras, capaces de satisfacer los más diversos estilos de vida y momentos de consumo. Los resultados exitosos que entregamos me permitieron posicionarme positivamente en la compañía y ser hoy la presidenta.
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Durante más de 25 años he trabajado en PepsiCo, lo que me ha permitido conocer las necesidades del negocio y también hacerme sensible a las necesidades de los consumidores. En este tiempo he desarrollado competencias como el trabajar fuerte, compaginar, de manera inteligente, tanto la familia, la pareja, los amigos y la vida laboral, así como escuchar de manera activa a la gente, estar con nuestros colaboradores en la primera línea y, sobre todo, conocer lo que nuestros consumidores necesitan. Éstas han sido características indispensables para que hoy yo pueda estar en este lugar.
¿Cuál es el papel de la mujer en el sector de alimentos y bebidas en México?
El papel de las mujeres en esta industria y, especialmente, en PepsiCo es el de ser líderes.
Por supuesto que yo estoy orgullosa de la responsabilidad que hoy tengo, pero, sobre todo, estoy orgullosa de las muchas mujeres que me acompañan todos los días. Las mujeres están trabajando en nuestras plantas, en labores que, tradicionalmente, se hubieran imaginado para hombres: están liderando nuestra innovación en Monterrey, en nuestro centro de investigación para productos horneados; están dirigiendo nuestro Centro de Desarrollo Agrícola y guiando nuestras labores de mercadeo de todas nuestras unidades de negocio.
Finalmente, están también sentadas en mi comité ejecutivo. Con eso, PepsiCo es ejemplo de cómo las mujeres mexicanas son el motor de una industria, la de alimentos y bebidas, que aporta casi 5% al PIB nacional.
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¿Qué planes tiene para mantener el crecimiento de la empresa a doble dígito?
Mucho trabajo, compromiso y la certeza de que, en todo lo que hago, pongo lo mejor de mí. También muchos retos, porque el mercado en el que nos desenvolvemos se mueve a gran velocidad, pues constantemente tenemos que innovar y desarrollar diversas opciones para nuestros consumidores.
Estamos muy enfocados en la innovación de productos nutritivos. Vemos un consumidor allá afuera que está explorando, cambiando algunos hábitos de consumo, mucho más consciente sobre la importancia de la actividad física y de mantener una vida saludable, y que también está probando distintos desayunos.
Tenemos una marca muy importante, como Quaker, que está creciendo a doble dígito acelerado. Y lanzamos productos para la gente que tiene poco tiempo para el desayuno: son unos cups que les echas agua o leche, los revuelves y, en un instante, tienes un desayuno supernutritivo, que te va a hacer sentir bien el estómago y vas a tener energía para el día.
¿Cómo trabaja para equipar con las últimas tecnologías el campo y sus plantas?
Siempre estamos pensando en el campo mexicano, en mejorar las maneras en las que trabajamos con nuestros aliados estratégicos, porque el campo es parte fundamental de nuestro negocio. De él obtenemos los insumos para hacer, por ejemplo, nuestras papas de Sabritas o nuestras galletas Emperador, de Gamesa. Compramos como el 18% de la papa en México.
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Por ejemplo, nuestro Centro de Innovación para la categoría de Productos Horneados, en Apodaca, Nuevo León, juega un rol clave en la innovación del portafolio de productos de las marcas de la compañía. Este centro alberga tecnología y equipo avanzado de horneado, junto a más de 100 especialistas de distintas áreas, incluyendo chefs, nutriólogos, investigadores en alimentos, para crear nuevos productos horneados más saludables y nutritivos.
Por otro lado, tenemos nuestro Centro de Desarrollo Agrícola de Sabritas, que inició operaciones hace poco más de 25 años para construir un soporte tecnológico para los agricultores. Y, por ejemplo, en los campos de jalapeños estamos usando tecnología a base de drones, la cual nos permite conocer el momento exacto en que la tierra necesita ser regada, y esto nos permite ser más eficientes en el uso de los recursos naturales.
Nuestras prácticas de innovación y tecnología son fundamentales, pero no nos las quedamos únicamente para nosotros. La transferencia de tecnología y asistencia técnica a nuestros socios del campo es indispensable, pues creemos, firmemente, en la agricultura sustentable, al compartir buenas prácticas con nuestros proveedores y las comunidades en las que operamos.