El combustible de los aviones, el olvidado de la reforma energética
La industria aérea, empresas del sector energético y especialistas urgieron que la Comisión Reguladora de Energía (CRE) publique las tarifas de almacenamiento para poder liberalizar la turbosina, el combustible de los aviones. Este es uno de los principales costos de las aerolíneas, y se ha encarecido mucho en el último año y medio. Ahora, el sector reclama que se libere su precio de una vez, como consecuencia de la reforma energética.
“En la medida en que la CRE no publica las tarifas de almacenamiento, no hay manera de que se abran los tanques”, dijo Claudia Tovar, directora general de World Fuel Services. “Estamos en un círculo vicioso”, agregó la directiva.
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Funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y de la Secretaría de Energía estimaron que las tarifas que cobrará Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) por el almacenamiento de la turbosina estarán listas a finales de mes. “Ya la Comisión Reguladora de Energía tiene nuestra propuesta para las tarifas, pero estamos en espera de que la CRE las revise”, señaló Yuriria Mascott , subsecretaria de Transporte, tras su participación en el Foro del Transporte Aéreo que se celebró esta semana.
Sin embargo, el sector aéreo desconoce qué ocurrirá tras la publicación de las tarifas. “No sabemos si son buenas, malas, altas o bajas. Como industria, poder entenderlo sería algo muy importante”, dijo Luis Felipe de Oliveira, director ejecutivo de la Asociación Lationamericana y del Caribe del Transporte Aéreo (ALTA).
El directivo agregó que es necesario tener claridad en las reglas, pues existen casos como el de Brasil donde se liberalizó el combustible, pero persistió un monopolio de facto.
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En México se consumen 90,000 barriles de turbosina diarios, de los cuales 32,000 se concentran para abastecer al aeropuerto capitalino, según cifras de Pemex.
“El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, la puerta de entrada al país, tiene precios elevados en comparación con otros en la región, incluso en México, como es el caso de Cancún”, agregó Oliveira.
La reforma energética abrió la venta de la turbosina a la iniciativa privada. Sin embargo, ASA mantiene un monopolio de facto, al ser el único con la infraestructura necesaria para operar el combustible.
De acuerdo con Rosanety Barrios, jefa de la unidad de políticas públicas de transformación de la Secretaría de Energía, existen 40 proyectos de empresas interesadas en distribuir y almacenar la turbosina.