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Esta empresa ya desarrolla una agricultura del futuro 'hecha a medida'

Corteva Agrisciencie, la división de agricultura que nació de la fusión de Dow y Dupont, enfoca su negocio en crear soluciones a la medida del agricultor.
mar 04 septiembre 2018 10:02 AM
Semillas hechas a la medida.
El centro de innovación en Iowa, Estados Unidos es uno de los tantos que tiene la compañía en el mundo para desarrollar semillas como el maíz, la soya o el algodón respondiendo a necesidades específicas del tipo de suelo o clima.

Corteva Agrisciencie, la división de agricultura que nació de la fusión de Dow y Dupont, busca innovar en la industria con soluciones y productos personalizados para el campo —en semillas, productos para la protección de cultivos y aplicaciones digitales— que demandan directamente los agricultores y consumidores finales.

La empresa planea utilizar todos los datos que obtiene de aplicaciones digitales como Granular para dar mayor exactitud sobre lo que el agricultor necesita en sus cultivos. Esta aplicación digital cuenta por el momento con programas como EnCirca, que permite monitorear la cosecha con la ayuda de imágenes diarias tomadas por 300 satélites, para que el agricultor pueda medir el índice de vegetación y la salud del cultivo con el paso de los días.

Otras soluciones son Acre Value, pensada para grandes compañías y que permite buscar el valor de un terreno para la compra-venta; y Granular Ag, que le enseña al agricultor el costo de producción, la rentabilidad, las pérdidas y ganancias de un cultivo en específico.

"Ahora, el futuro es la semilla personalizada con la ayuda de las herramientas digitales. Estos algoritmos nos ayudan a predecir mejor. Antes teníamos resguardados todos estos datos, pero no sabíamos que hacer con ellos", comenta Alejandro Muñoz, vicepresidente para América Latina en el área comercial de Corteva. “Queremos ser una empresa en donde las decisiones puedan tomarse sin demasiadas capas intermedias, donde desde el CEO hasta los agricultores no haya muchas capas para filtrar información”, añade, durante una reciente visita al centro de Iinnovación de la compañía en Iowa, Estados Unidos.

La empresa biotecnológica desarrolla semillas genéticamente modificadas e hibridas (que combinan el ADN de dos o más variedades de plantas) de alfalfa, canola, distintos tipos de cereales, maíz amarillo, algodón, arroz, sorgo, soya, girasoles y trigo. También desarrolla soluciones de protección de cultivos como herbicidas para diferentes enfermedades de las plantas.

“La tendencia es que el agricultor es cada vez más consciente y sensible de lo que el consumidor le demanda, quiere tener productos más seguros y más sanos, para que dejen menos residuos en el ambiente. Y también busca que sean eficientes en costos, por la presión que hay en la sociedad en general, que quiere mucha comida pero con el mismo precio”, agrega Muñoz.

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Corteva cuenta con operaciones en más de 130 países y más de 100 plantas manufactureras.

México, un mercado en crecimiento

México es uno de los mercados sobresalientes para la compañía, afirma el directiva. Las ventas en el país representan el 20% del total en Latinoamérica, resalta Muñoz. Aquí cuenta con centros de investigación en Tuxtla, Tlajomulco y los Mochis, en donde se encuentra trabajando en distintas innovaciones.

“Hemos estado probando productos premium que se realizan en estos centros y los hemos probado en Chihuahua y en Tamaulipas. Entonces ,tenemos una red de maíz muy fuerte en el país, y luego en el Bajío tenemos la estación de investigación de sorgo, así que tenemos una excelente área investigación en todos los diferentes entornos de México para poder traer los mejores productos”, comenta Muñoz.

Uno de los grandes obstáculos para la compañía son las leyes que no permiten la venta de semillas genéticamente modificadas, asegura el directivo. La compañía lleva al menos unos 10 años intentando entablar conversaciones con el gobierno mexicano con el objetivo de tener un debate científico que ayude a la industria a tomar decisiones informadas.

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“En los últimos meses hemos logrado establecer una conexión y una red con diferentes grupos interesados. Pero tenemos que respetar las normas y las decisiones, del gobierno mexicano. Hay una confusión de mitos y realidades, pero tenemos que programar una conversación, creo que no hemos sido proactivos en la industrias como lo seremos en el futuro, necesitamos un acercamiento distinto en la comunicación”, señala el directivo.

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