La energía limpia se acerca. ¿Qué está esperando Exxon?
NUEVA YORK (CNN) - BP pronto será la propietaria de la mayor empresa de carga de vehículos eléctricos en Reino Unido. En Francia, el gigante petrolero Total ya controla uno de los fabricantes de paneles solares más grandes de Estados Unidos. Incluso la petrolera estatal de Noruega, rica en petróleo, está lanzando parques eólicos flotantes.
La industria petrolera europea, bajo las críticas de gobiernos y accionistas, está posicionándose en la energía limpia.
Es una forma inteligente de ingresar a los inicios de la nueva tecnología, al tiempo que cubren sus imperios de combustible fósil contra el eventual aumento de las energías renovables y los vehículos eléctricos.
Sin embargo, a diferencia de sus rivales europeos, los gigantes estadounidenses ExxonMobil y Chevron aún no han realizado inversiones a gran escala en energía solar, eólica, eléctrica o en almacenamiento de energía. Su enfoque más cauteloso aumenta el riesgo de quedar rezagados si la revolución energética llega más rápido de lo que anticipan.
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“Exxon y Chevron no han atacado todavía”, dijo Tom Ellacott, vicepresidente senior de investigación corporativa de la consultora de energía Wood Mackenzie.
Las grandes petroleras tendrían que gastar 350,000 millones de dólares en energía eólica y solar para 2035 para alcanzar iguala el 12% del mercado que poseen en petróleo y gas a nivel mundial, estima Wood Mackenzie.
“En algún momento en el futuro, el mercado del petróleo y el gas comenzará a verse comprimido a medida que la transición energética comience”, dijo Ellacott.
Los vehículos eléctricos representan una amenaza a largo plazo para el modelo de negocio de la industria. Casi la mitad del apetito de Estados Unidos por el petróleo crudo proviene de los vehículos de pasajeros. Sin embargo, BP cree que 320 millones de vehículos eléctricos estarán en las carreteras del mundo para 2040, en comparación con los 2 millones existentes en 2016.
“Exxon cree que pueden manejarlo. Serán los últimos en moverse”, dijo Jeff McDermott, socio gerente de Greentech Capital Advisors, una firma de inversión en energía sostenible.
McDermott dijo que, aunque la perforación de petróleo ha sido un “negocio condenadamente rentable”, desconectarse del cambio “no recupera el pasado, sino que pierde el futuro”.
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Europa da primeros pasos en energía limpia.
Beth Comstock, exvicepresidenta de General Electric y autora de Imagine it Forward, un libro sobre los cambios en los negocios, dijo a CNN Business que BP y la noruega Equinor han realizado un “trabajo increíblemente innovador” en materia de energías renovables.
BP no solo adquirirá la empresa de recarga de vehículos eléctricos Chargemaster, sino que el año pasado apostó 200 millones de dólares en energía solar al comprar una participación en Lightsource, la compañía de desarrollo solar más grande de Europa.
Otro gigante petrolero europeo, Total de Francia, gastó 1,400 millones de dólares en 2011 para adquirir una participación mayoritaria en el fabricante de paneles solares con sede en San José, California, SunPower. Y en 2016, Total pagó 1,100 millones de dólares para comprar Saft Group, un fabricante de baterías de iones de litio utilizadas para impulsar vehículos eléctricos.
Equinor, que era conocido como Statoil hasta este año, lanzó recientemente el primer parque eólico flotante del mundo cerca de Escocia. Está planeando construir un parque eólico en la costa de Long Island de Nueva York para el año 2023.
El consejo de Comstock para las grandes petroleras: “Tienen que observar a todo el mundo, ver que esto está sucediendo y por lo menos cubrir sus apuestas”.
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¿Cuándo llegará el punto de inflexión?
El mundo se está moviendo hacia un futuro de energía más limpia. Pero hay un debate feroz sobre cuándo llegará el punto de inflexión.
La OPEP ve un crecimiento de la demanda de petróleo hasta por lo menos 2040, lo que sugiere que no hay una necesidad urgente de que las grandes petroleras cambien su forma de pensar. No es de extrañar que Exxon esté gastando miles de millones para bombear petróleo en lugares remotos como Guyana, Mozambique y Brasil.
Sin embargo, otras compañías creen que los vientos de cambio están soplando más fuerte.
“El riesgo es que hay una tecnología capaz de cambiar las reglas del juego y adelantar el pico de la demanda de petróleo”, dijo Ellacott.
BP dice que la demanda podría “estabilizarse” a fines de la década de 2030 debido al aumento de los vehículos eléctricos. Royal Dutch Shell, que el año pasado adquirió un proveedor de carga eléctrica, dice que la demanda máxima de petróleo podría llegar dentro de 15 años. Equinor predice un pico aproximadamente en 2030.
Mientras tanto, DNV GL, una firma asesora de riesgos enfocada en energía, advirtió recientemente que el pico del petróleo se producirá mucho antes, en 2023.
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'¿Cómo ganas dinero realmente?'
Por supuesto, hay razones legítimas por las que las compañías petroleras europeas han sido más agresivas con la energía limpia que sus pares estadounidenses. Los gobiernos europeos están tomando medidas contra el carbono.
Francia, Gran Bretaña y Noruega incluso quieren deshacerse de los automóviles a gas y diésel. Los vehículos eléctricos representaron el 39% de las ventas de autos nuevos en Noruega el año pasado, en comparación con el 1% en Estados Unidos, según la Agencia Internacional de Energía.
En lugar de preocuparse por las energías renovables, las compañías petroleras estadounidenses están enfocadas en capitalizar el lucrativo auge del esquisto en casa.
Exxon, que llegó tarde al juego de esquisto, recientemente ha invertido mucho en la Cuenca Pérmica. El generoso campo petrolero en el oeste de Texas ha convertido a Estados Unidos en el líder mundial en producción de crudo por primera vez desde 1973. Chevron, y más recientemente BP, también se han convertido en principales participantes en el Pérmico.
Es seguro decir que el dinero gastado en el Pérmico generará mejores rendimientos que la inversión de dinero en energías renovables.
“Las energías renovables suenan bien, pero ¿cómo ganas dinero realmente?”, dijo John Herrlin, un analista que cubre la industria petrolera en Societe Generale.
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Sin embargo, Wood Mackenzie argumenta que los proyectos renovables pueden ofrecer rendimientos similares a los de la refinación, con “un riesgo mucho menor”. Y las compañías invertirán 200,000 millones de dólares en proyectos de energía eólica y solar para 2022, el doble de la cantidad que se destina al negocio de petróleo y gas de esquisto estadounidense, estima Wood Mackenzie.
A primera vista, puede que no tenga mucho sentido que Exxon se involucre en las energías renovables porque no es una empresa de servicio eléctrico.
Sin embargo, Wood Mackenzie sostiene que las principales compañías petroleras tienen tanto la “experiencia en ingeniería” para tener éxito en proyectos complejos costa afuera como los balances generales necesarios para invertir en proyectos solares a gran escala. Exxon y Chevron también tienen una vasta experiencia trabajando en terrenos difíciles y con gobiernos extranjeros.
Otros piensan que las grandes petroleras deberían explorar la carga de vehículos eléctricos. Podría ser un cambio natural de las estaciones de servicio a las estaciones de carga, aunque menos rentable.
Pavel Molchanov, un analista de Raymond James, cree que las compañías petroleras estadounidenses eventualmente harán eso.
“Más allá de 2025, creemos que los vehículos eléctricos serán un generador de cambio sobre la demanda de petróleo”, dijo Molchanov.
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Chevron lanza fondo energético
Ciertamente, los gigantes petroleros de Estados Unidos no han ignorado el panorama cambiante. El auge del gas de esquisto hizo que Exxon y otros presionaran más hacia el gas natural, el combustible fósil de combustión más limpia. Y el gas natural juega un papel importante en la alimentación de la red que da energía a los vehículos eléctricos.
El mes pasado, Exxon, Chevron y Occidental Petroleum se convirtieron en los primeros miembros de la Oil and Gas Climate Initiative en Estados Unidos. El grupo pretende “mitigar los riesgos del cambio climático”.
En un comunicado, Chevron dijo que está tomando “medidas prudentes, prácticas y rentables para abordar los posibles riesgos del cambio climático”. Eso incluye invertir cerca de 1,100 millones de dólares en proyectos de captura y almacenamiento de carbono en Australia y Canadá, y recientemente lanzar un Fondo de Futuros de Energía de 100 millones de dólares para invertir en “tecnologías de vanguardia”. La captura de carbono es el proceso que evita que las emisiones de las centrales eléctricas lleguen a la atmósfera.
Chevron dijo que está utilizando la investigación interna y las asociaciones con universidades para comprender y evaluar la “viabilidad económica de diferentes fuentes de energía”.
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Exxon apuesta por las algas
Por su parte, Exxon se ha comprometido a reducir las emisiones de metano en un 15% y la quema en un 25%. La quema, el consumo del exceso de gas natural en pozos petroleros, es una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero.
Exxon defendió su trabajo en energía limpia al señalar asociaciones con universidades líderes y otras compañías para encontrar soluciones.
“Otros optan por invertir en compañías. Nuestro enfoque es una equidad del esfuerzo: pongamos nuestros mejores cerebros junto con otro conjunto de mejores cerebros”, dijo a CNN Business Vijay Swarup, jefe de investigación y desarrollo de Exxon.
Por ejemplo, Exxon ha invertido más de 9,000 millones de dólares en tecnología de bajas emisiones de carbono desde 2000, incluidos los avances en la captura de carbono.
Swarup está muy entusiasmado con la investigación de Exxon en la última década sobre los biocombustibles de algas como una forma de impulsar camiones de carga pesada o incluso aviones. Exxon y la firma de biotecnología Synthetic Genomics lograron recientemente un avance técnico con algas mediante el uso de ingeniería celular avanzada.
“Creo que estamos tras de algo. Si podemos resolverlo, será una de las grandes tecnologías que sean un agente de cambio”, dijo Swarup.
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Otros dicen que Exxon debería estar poniendo su dinero en tecnología renovable más avanzada.
“El futuro de la movilidad es la electrificación, no las algas. Esas inversiones son un error. Por eso son desconfiados”, dijo McDermott.
Comstock, el exejecutivo de GE, dijo que, con demasiada frecuencia, a las grandes empresas les asusta apostar en el futuro. Las empresas no quieren perder participación de mercado, y los ejecutivos temen por sus empleos.
“La naturaleza humana tiene miedo a los riesgos. Pero los cambios disruptivos vienen en muchas formas distintas, y nos sorprenden más a menudo”, dijo Comstock.
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