Los acreedores de Oro Negro quieren "platicar de nuevo con Pemex"
Los acreedores de la arrendadora de plataformas petroleras Oro Negro quieren recuperar el control de los cinco equipos de la empresa, para revisarlos y ponerlos a trabajar para Pemex de nuevo, dijo este miércoles el representante legal de este grupo, Roberto García.
“Lo que quieren los acreedores es echar andar de nuevo su negocio. Quieren recuperar sus activos y platicar de nuevo con Pemex”, destacó el abogado, en conferencia de prensa.
Oro Negro nació en 2012 de la mano de Gonzalo Gil White y Antonio Cañedo White, con el objetivo de convertirse en el brazo derecho de Pemex Exploración y Producción (PEP) para el arrendamiento de equipos de perforación en el mar.
La compañía comenzó a endeudarse para construir esta flota, que ahora conforman las plataformas petroleras Decus, Laurus, Fortius, Impetus y Primus. Todas llegaron a tener contratos con Pemex, pero la crisis petrolera de 2014 hundió los precios del crudo, y Pemex sufrió fuertes recortes a su presupuesto, por lo que tuvieron que reducir sus trabajos y tarifas de renta paulatinamente, hasta que el año pasado la petrolera nacional decidió cancelar sus contratos.
La firma cayó en impagos con los acreedores de los bonos, que ahora pretenden quedarse con las plataformas como una vía para recuperar su inversión.
Hoy, Ricardo Contreras, uno de los representantes legales del grupo, está varado en una de estas plataformas desde el sábado pasado, en una incursión realizada en helicóptero para exigir su propiedad. "Tengo que hacer un llamado a las autoridades, porque creemos que pudiera haber una actuación más enérgica de su parte”, dijo García. El abogado añadió que no pretende bajar a su compañero de la plataforma, y reclamó que las autoridades cumplan con una orden del juez de control, que según ellos les otorga la posesión de las plataformas.
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Pero los representantes legales de Oro Negro niegan que el intento de tomar el control por parte de los acreedores sea legal, así que este capítulo se suma a una larga batalla que aún tiene complicado resolverse de forma definitiva.
