Los expertos alertan del riesgo de impulsar los créditos vía nómina
En su programa para impulsar el sector financiero, el gobierno propone, entre otras medidas, que los trabajadores puedan utilizar sus cuentas bancarias de nómina como fuente de pago para todo tipo de créditos, como forma de fomentar la inclusión. Los expertos afirman que la estrategia puede ser positiva, pero también tiene riesgos.
“Hace sentido, pero preocupa que, sin educación financiera adecuada, podamos caer en un sobreendeudamiento, y que no existan fuentes de pago sostenibles en el tiempo”, señala Enrique Díaz Infante, especialista del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
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Hasta el momento el índice de morosidad de la banca se ha mantenido estable, en un 2.18% al cierre de noviembre de 2018, según los últimos datos disponibles. Sin embargo, desde 2017 la morosidad en el crédito de nómina se ha elevado, debido a que los trabajadores migraban su nómina o cambiaban de trabajo, por lo que el préstamo quedaba sin garantía.
Frente a esta problemática, la banca comenzó a otorgar menos créditos de nómina: en el periodo de julio de 2017 a junio de 2018, estos cayeron 5.8%, de acuerdo con el último informe del Banco de México.
De acuerdo con la agencia calificadora Moody's, el plan para impulsar al sector carece de una estrategia legal para garantizar el pago del crédito a pesar de que el usuario cambié su nómina de banco.
“Sí, siempre hay un riesgo, con todo este tipo de medidas, de que aumente un poco la morosidad, pero ya depende del sistema de control de riesgo que tenga cada banco”, comenta Jaime Reusche, analista de la agencia calificadora Moody’s. “Los bancos han mostrado bastante prudencia debido a a las regulaciones existentes”.
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Tras la reforma financiera de 2014, la banca intentó acelerar el ritmo de inclusión financiera y hacer que más personas utilicen los servicios financieros para evitar que el dinero se quede debajo del colchón. La bancarización avanzó —el crédito otorgado al sector privado como porcentaje del PIB subió de 26% en 2012 a 36% al cierre de 2017—, pero México aún está por detrás de países de la OCDE en inclusión financiera.
Frente a este panorama, el gobierno actual, junto con las entidades financieras, planteó impulsar el sector a través del uso de los pagos móviles, los productos de ahorro a los jóvenes de 15 y 17 años y la reducción en el uso de efectivo.
“Están ayudando a bancarizar más a la población”, dice Jorge Sánchez Tello, investigador de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef) “Es otra forma de expandir el crédito y de darle la oportunidad a la banca de implementar nuevos modelos de negocio”, agrega.