Pero los 1,120 millones de dólares que prometieron no son suficientes, por lo que Thomas Cook necesita recaudar 250 millones de dólares para continuar con sus actividades. De declararse en quiebra, el gobierno de Gran Bretaña deberá devolver a los vacacionistas a sus casas.
Según AFP, la agencia de viajes está convenciendo al gobierno de aportar fondos. Pero el ministro de Asuntos Exteriores descartó esa idea.
“No intervenimos sistemáticamente con el dinero de los contribuyentes cuando los negocios se hunden, a menos que haya un buen interés nacional estratégico”, dijo Dominic Raab a la cadena de televisión BBC, añadiendo que había planes para evitar que alguien se quedara varado.
Thomas Cook, que tiene unos 22,000 empleados en todo el mundo, 9,000 de ellos en el Reino Unido, ha estado luchando por su supervivencia después de que sus acreedores amenazaran con cancelar un acuerdo de rescate que ha estado en proceso durante meses.
¿Qué pasa en caso de quiebra?
Si Thomas Cook se pone bajo el régimen de quiebra de Gran Bretaña, la primera consecuencia es que las actividades del grupo tendrán que cesar de inmediato.
Sus agencias de viaje deberían cerrar, sus aviones dejar de volar y los colaboradores podrían perder sus empleos.