Imaginar un auto de cinco plazas con un solo pasajero en una gran ciudad dentro de medio siglo será poco probable. En urbes con cada vez más personas, tráfico y emisiones contaminantes, el espacio para la movilidad individual motorizada tradicional se reduce, pero el área de oportunidad para la movilidad compartida crece.
¿El futuro del transporte? Una movilidad más colectiva
Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2050 se estima que 68% de la población mundial vivirá en áreas urbanas, lo que se traduciría en un incremento de 2,500 millones de personas. En México, la capital del país se convertiría en la décima ciudad más poblada del mundo, con 24.3 millones de habitantes, según proyecciones del Global Cities Institute.
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Los fabricantes de sistemas de transporte coinciden en dos cosas: la movilidad de este tipo de poblaciones sería a través de modos eléctricos e, incluso, autónomos. Pero podría no ser suficiente. Para Gonzalo Peón Carballo, director del programa México del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por su sigla en inglés), la electrificación y la automatización de los vehículos no logrará combatir problemas como la reducción de las emisiones sin un esquema de planeación basado en la movilidad colectiva.
Éste es un escenario que explora el estudio ‘Three Revolutions in Urban Transportation’, del ITDP, que evalúa dos más, uno con el uso actual de los sistemas de transporte y otro de electrificación moderada. El supuesto uso de sistemas autónomos y eléctricos más las políticas de movilidad compartida e individual sustentable (como la bici e infraestructura peatonal) podrían reducir hasta 80% las emisiones contaminantes.
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El desarrollo de estas políticas es un ámbito social de suma complejidad. Para Peón Carballo, lo principal es empujar a una homogenización de usos de suelo que no discrimine niveles de ingresos, debido a que, a mayor segregación, más caro es gestionar los sistemas de transporte y mayores las distancias que recorrer, por una simple razón: la gente no encuentra cerca lo que necesita. “El objetivo de los sistemas de transporte no es moverse en sí, sino llegar a un destino”, indica.
… Y las empresas lo saben
Los fabricantes de automóviles seguirán con la tendencia de electrificación a un ritmo de crecimiento anual de entre 28 y 37%, y dentro de 30 años podrían circular en el mundo más de 200 millones de vehículos alternativos, según estimaciones de Goldman Sachs y Bloomberg.
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Pero la conceptualización de estos autos no se está dando de manera tradicional. Tom Sullivan, presidente de Toyota Motor Sales México, señala que, en el caso de la automotriz japonesa, considera relevante el desarrollo de productos “que aborden los problemas de movilidad para todos, principalmente, ancianos o personas con discapacidad, gracias al desarrollo de inteligencia artificial y robótica.
La firma tiene la meta de reducir, hacia 2050, el 90% las emisiones de vehículos nuevos, a través de una gama de coches eléctricos, pero también contempla productos para el servicio de pasajeros, como el modelo de autobús Sora, que además de aportar al medioambiente mejorará la movilidad con velocidad y puntualidad.
“Como autobús de transporte público, Sora requiere una alta tasa de operación y un alto rendimiento de seguridad en todo momento. Para este fin, el modelo actualizado incluye una función que advierte al conductor al girar a la derecha en las intersecciones, un sistema de parada de emergencia y otro que comparte información sobre la distancia entre los vehículos, entre otras bondades”, explica Sullivan.
Otros fabricantes como las compañías suecas Scania y Volvo han presentado conceptos de sistemas de transporte comerciales diseñados para su integración con tendencias en rápido crecimiento, como el comercio electrónico, lo que además ayudaría a brindar mayor rentabilidad y sustentabilidad a la par de que ofrecerán mayor seguridad tanto para transportistas como peatones.
Descentralizar los vuelos
Los retos no sólo están en el transporte terrestre. Las operaciones aéreas en México enfrentan un reto similar en cuanto a la enorme saturación en zonas muy reducidas, concretamente hablando de la Ciudad de México y su potencial para la región.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) estima que, en poco menos de dos décadas, en 2037, Latinoamérica recibirá un total de 731 millones de pasajeros al año, prácticamente, el doble de los recibidos durante 2018.
Carlos Ozores, analista del sector aéreo de la consultora ICF, considera que para abastecer este nivel de demanda es necesaria una respuesta sostenible, con una visión a largo plazo para las operaciones capitalinas, y que permitan, a su vez, que las aerolíneas continúen creciendo a su mayor potencial.
“Si bien es cierto que hay aerolíneas que operan en el mercado y que son buenas, en cuanto a seguridad y calidad de servicio, lo cierto es que no es un entorno rentable. Eventualmente, será necesario que haya un proceso de consolidación para que la industria sea más viable, sobre todo para aerolíneas domésticas”, señala.
Esta situación podría hacer que otros destinos que ya están en la mira internacional tomen impulso, como Cancún. “Es un referente en turismo internacional. Es un mercado que muestra lo que se puede hacer con una buena planificacion y, a pesar de ser el mercado turístico mas grande de Latinoamérica, aún crece a ritmos acelerados y apunta a seguir haciéndolo.Esto indica la fuerza de esa marca”, considera Ozores.