La oportunidad que ofrece la tecnología en materia de movilidad no podría explorarse al máximo sin un plan que integre soluciones aéreas y terrestres, de la mano de la infraestructura adecuada, coincidieron especialistas de la automotriz alemana BMW, la empresa de movilidad aérea Voom y la firma de soluciones de movilidad Grow Mobility en el Expansión Summit.
El futuro de la movilidad es tecnológico y compartido (por cielo y tierra)

Para BMW, la estrategia empieza desde el producto, con una oferta actual de 10 vehículos electrificados que para 2023 se ampliará a 25 (13 eléctricos y 12 híbridos), una meta que estaba planteada para 2025, para lo cual es importante contar con la infraestructura adecuada, explica Gustavo Lara, especialista en movilidad de la firma.
“Actualmente, tenemos más de 500 cargadores en colaboración con Nissan a través de un acuerdo de 2016, para que los usuarios carguen sus vehículos de forma gratuita y segura. Lanzamos un corredor de México a San Luis Potosí con una inversión de 300,000 dólares, con seis puntos donde se puede cargar un BMW i3 en 40 minutos”, agregó.

En 2018 8% de los vehículos que comercializamos en México fueron electrificados. De todos los vehículos híbridos y eléctricos, BMW tiene 91% de participación de mercado
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Sin embargo, ante sistemas más novedosos el reto radica en que sean accesibles. Enrique Aguilar, country manager de Voom, empresa de renta de helicópteros, se mostró confiado en que esquemas como el de movilidad aérea tengan una asequibilidad exponencial.
“Actualmente, nuestros vuelos son 90% más baratos que hace un par de años (…) En el mundo ya superamos los 15,000 pasajeros, y para 75% de nuestros usuarios es la primera vez que se suben a un helicóptero. Ahorita Voom tiene un costo de 3,500 pesos por vuelo, mientras que rentar un helicóptero en otros esquemas puede ascender hasta a 2,500 dólares. Estos sistemas serán como antes era un auto eléctrico o una laptop: se van a democratizar más”, indicó.
Para Sergio Romo, CEO de Grow Mobility, la accesibilidad también se traduce en contar con una infraestructura adecuada, no sólo para la circulación de un esquema de movilidad, sino para que todos puedan integrarse como una solución más robusta.
“Las ciudades donde mejor funciona nuestro servicio es donde existe una mejor infraestructura. Bogotá, por ejemplo, cuenta con muchas ciclovías, eso ayuda mucho pero sigue sin ser suficiente; hay zonas donde pasa todo el día estacionado un auto donde perfectamente podría haber una ciclovía (…) El espacio vehicular tiene que ser compartido”.
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En estos esquemas empresas como BMW identifican un área de oportunidad en sistemas de vehículos compartidos, el cual ya se ha explorado en regiones de América Latina, incluyendo México, donde el rubro de inseguridad es el que preocupa a la compañía”.
“En Munich llegas con un teléfono, desbloqueas el vehículo, lo usas y lo dejas, es un sistema de free floating. Estuvimos trabajando en el país y en la región para ver si podríamos meter servicios compartidos en San Pedro Garza García, en Nuevo León, en la Ciudad de México y en Sao Paulo, Brasil, y donde mejor funcionó fue en Sao Paulo por la legislación y en San pedro por la seguridad. Es un tema complejo, estructural”.