El costo de estas soluciones rondan entre los 380 dólares a 895 dólares por kilowatt hora (KW/h) de generación, según un estudio del Laboratorio Nacional de Energías Renovables de Estados Unidos (NREL por sus siglas en inglés) publicado a finales de 2018.
La reducción en los costos puede corroborarse con el avance que ha tenido la instalación de estas granjas. La capacidad de almacenamiento de electricidad en instalaciones de baterías de litio se multiplicó por más de cuatro entre 2014 y 2019, al pasar de 214 MW a 899 MW, según un análisis de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA por sus siglas en inglés), publicado en julio. La agencia espera que para 2023 esta cifra llegue a los 2,500 MW.
“Las baterías de litio serán la tecnología dominante casi con total seguridad por los próximos cinco a 10 años, de acuerdo con los expertos, y su continua mejora será resultado de baterías que puedan almacenar energía entre cuatro a ocho horas”, explica un artículo de la publicación especializada Scientific American , de julio.
Otras soluciones vienen también en desarrollo desde hace años, como la celdas de hidrógeno. El uso de este elemento como combustible se conoce al menos desde el siglo XIX, y el sector de la refinación y petroquímica conocen de su uso como combustible desde hace décadas. Ahora se busca que el hidrógeno a través de la electrólisis pueda convertirse en la solución definitiva para las energías renovables.
La electrólisis se refiere a la separación de los elementos que forman el agua (H2O) para obtener el hidrógeno y dejar escapar oxígeno a través del paso de una corriente eléctrica.
“El uso de la electrólisis en la producción de hidrógeno, tiene sentido cuando se utiliza cualquier excedente de electricidad y donde la carga principal de la fuente de electricidad no requiere energía eléctrica, o cuando la red no puede recibir más electricidad renovable”, explica el Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias (INEEL), un centro de estudios público.
El hidrógeno que se consigue de esta reacción química se almacena para luego quemarse para impulsar turbinas, y así generar electricidad. La tecnología aún se encuentra en pruebas en plantas eólicas y solares en países como Estados Unidos, pero se une a la lista de soluciones para ayudar a las energías verdes.
Las soluciones para independizar a las renovables de su relación con las plantas que deben quemar hidrocarburos aún hacen fila para romper este vínculo ‘tóxico’, y así convencer a los escépticos de que las energías verdes son la solución.