La reforma energética de 2013 y 2014 había incluido la figura de los CEL con el fin de incentivar la construcción de nuevas plantas de generación limpia, para que los grandes consumidores de electricidad fueran adquiriendo o bien capacidad dentro de estos proyectos o comprando estos certificados, que van relacionados a cada watt que generan por hora estas centrales.
La intención se dirigía a que, con las subastas de largo plazo, los proyectos ganadores iban a dar el soporte a este mercado de CEL. Si bien la oferta iba dirigida a que la CFE adquiriera la electricidad a base de tecnologías limpias, estas centrales podían optar a vender estos certificados para los grandes consumidores del país, con el fin de que cumplieran con las metas establecidas en la ley, que para este año son de 5.8% de su consumo total en el año.
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Pero las modificaciones que pretende realizar la actual administración de la Sener, a cargo de Rocío Nahle, pretenden ahora que las centrales hidroeléctricas de la CFE, que por definición entran dentro de lo que se consideran como energías limpias, puedan optar por generar CEL.