“El MAX es el mejor avión de la flota. Es el más rentable, tiene el menor consumo de combustible, lo volamos más de 14,000 horas, tenemos bien medido sus costos de operación (…) Créanme que el primer vuelo que haga el MAX en la flota de Aeroméxico yo estaré ahí arriba”, señaló a medios en el marco de la décimo sexta edición del ALTA Airline Leaders Forum.
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La aerolínea mexicana, como otras 48 compañías en el mundo, ha padecido la falta de este modelo desde marzo de este año, tras los accidentes de Ethiopian Airlines y Lion Air. Primero, varias líneas aéreas decidieron suspender sus operaciones con este modelo y, posteriormente, los reguladores hicieron oficial su cese de operaciones. El regreso de la aeronave se ha pospuesto en varias ocasiones, siendo la actual fecha tentativa el arranque del siguiente año.
Además del impacto financiero, el directivo estimó que la capacidad de la aerolínea se contraerá entre 5% y 7% al cierre de 2019, y ha disminuido su participación de mercado en alrededor de siete puntos porcentuales. Sin embargo, durante el tercer trimestre del año reportó una utilidad de 65 millones de pesos y un alza de 27.8% en el flujo operativo , por lo que el efecto de los MAX es temporal, aseguró Conesa.
“En 2020 nos van a entregar alrededor de 20 aviones más los seis que tenemos. Hoy deberíamos estar operando 12 aviones, y están en tierra seis en México y seis en Seattle, nos hemos tenido que ajustar de la forma más ordenada posible”, agregó.
Debido a que la fecha de regreso de los 737-MAX se percibía como pronta en un inicio, Conesa refiere que se actuó con cierta demora. “Si hubiéramos sabido en marzo que el avión no iba a volar el resto del año, tienes forma de ajustarte mejor, pero como nos han dicho que volaba al siguiente mes, y luego en verano, y luego en octubre, y después en diciembre, es bien complicado ajustarse de forma eficiente”.