E: Como proveedores del servicio, a los fabricantes de aeronaves que planean con mucha antelación lo que va a venir, ¿qué parámetros plantean para los aviones que deberían venir en el futuro?
EB: Aviones más grandes dentro de la liga en la que estamos, no hemos tomado esa decisión y no estamos viendo más allá de eso. Nos vamos a quedar con los A320, A321, y estamos trabajando muy fuerte en que ese tipo de flota sea tremendamente eficiente en todo sentido: en su consumo de combustible, en su aerodinámica, en el costo de los componentes, en los sistemas de navegación, etcétera.
Mantener una flota moderna, en el promedio de cuatro a cinco años, es un objetivo de empresa, porque en la medida en que lo hacemos estamos renovando la tecnología. Nos trae más eficiencia, lo que nos trae menor costo y lo que podemos proyectar en tarifas más bajas.
E: ¿Dónde visualiza la mayor área de oportunidad para Volaris en los próximos 50 años?
EB: En el crecimiento de la clase media. Somos unos creyentes firmes de que este proceso de convertir a la aerolínea, en vez de un artículo suntuoso, de lujo, en un commodity, es la búsqueda permanente de dónde está el bloque económico consumidor más grande. Y en nuestro caso son las clases medias.
Dentro de ese concepto hay en México un reto enorme en la transformación de los pasajeros que hoy utilizan el autobús para convertirse hacia aviones. Nuestro mayor esfuerzo en los siguientes 20 a 25 años va a ser a ir hacia esa conversión de esos pasajeros.
Aproximadamente, 28% de nuestros vuelos no compiten con aerolíneas, compiten con los autobuses. Es prácticamente un tercio de la capacidad de la empresa. Al encontrar dónde colocar la capacidad, en los horarios, días y precios correctos, nos ha ayudado a llenarla a altos niveles.