“Ojalá que nos digan que podamos reiniciar ese mismo miércoles para aprovechar el tercer turno de ese día para empezar a arrancar las máquinas, sanitizar instalaciones y organizar la entrega del equipo de protección”, dijo en videoconferencia Óscar Albín, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA). “Nuestros umbrales ya no son de días sino de horas. Estamos con el tiempo encima para arrancar y empezar a surtir a nuestros clientes en Estados Unidos, Canadá y México”, añadió.
Albín, que representa a algunos de los 600 proveedores Tier 1 y 900 de segundo y tercer nivel que operan en el país, dijo que hay plantas de vehículos en los mercados vecinos que ya arrancaron operaciones desde el 4 de mayo y que, incluso, estados americanos que antes estaban renuentes a una reapertura adelantada, como Illinois, ya han programado el reinicio de su economía para el 18 de mayo.
“La masa crítica [de las plantas de vehículos en Norteamérica] regresará ese día, pero nosotros necesitamos arrancar entre tres y cinco días antes para poder estar listos”, dijo Albín. “No hacerlo puede generar que los clientes empiecen a buscar alternativas”.
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El representante de los fabricantes de autopartes dijo que si bien no es fácil sustituir un proveedor por otro, debido a que deben cumplir con diversos requisitos de calidad, volumen y precio, ningún fabricante de vehículos va a dejar de ensamblar unidades por la falta de un componente.
“Ya ha pasado antes, cuando un proveedor no ha podido cumplir con sus entregas, ya sea porque se ha declarado en quiebra o porque sus empleados se ponen en huelga, sus clientes han tenido que buscar opciones para sustituirlo”, ejemplificó.
Para evitar penalizaciones o la pérdida de contratos, Albín enfatizó la importancia de que toda la cadena pueda reiniciar operaciones esta misma semana, independientemente de si las plantas se encuentran en municipios con un alto número de casos o de si están ubicadas en municipios vecinos de otros que están ‘en rojo’.
Esto porque la producción de autopartes se realiza dentro de una red que no se puede romper: un arnés que se fabrica en Yucatán, por ejemplo, requiere de un cable de cobre que se fabrica en Sonora y de plástico que se produce en Puebla. Si ese plástico no llega, porque la planta se ubica en un municipio con un alto índice de casos, no se puede ensamblar el arnés, aunque el proveedor del cable de cobre sí esté operando.
Lo mismo ocurre con las plantas de vehículos, que no pueden arrancar si no tienen listos todos los componentes que requieren. La semana pasada, Volkswagen dijo que retrasaría la reapertura de su planta de vehículos en Puebla al 1 de junio, entre otras razones, porque no tendría hacia el 18 de mayo todos los componentes necesarios al pie de la línea para arrancar.
“Hay fabricantes de vehículo en México que ya han expresado su preocupación porque ya tienen un retraso en la reapertura de operaciones debido a la falta de componentes” dijo Fausto Cuevas, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), que representa a 11 fabricantes que operan una veintena de plantas en el país.