Los fabricantes de vehículos y de autopartes están a la expectativa de que el miércoles 13 de mayo puedan tener el visto bueno del gobierno federal para reiniciar operaciones. Si esto ocurre, los primeros que ya están esperando en la línea de salida son los fabricantes de autopartes.
Fabricantes de autopartes, listos para arrancar si tienen luz verde el miércoles
“Ojalá que nos digan que podamos reiniciar ese mismo miércoles para aprovechar el tercer turno de ese día para empezar a arrancar las máquinas, sanitizar instalaciones y organizar la entrega del equipo de protección”, dijo en videoconferencia Óscar Albín, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA). “Nuestros umbrales ya no son de días sino de horas. Estamos con el tiempo encima para arrancar y empezar a surtir a nuestros clientes en Estados Unidos, Canadá y México”, añadió.
Albín, que representa a algunos de los 600 proveedores Tier 1 y 900 de segundo y tercer nivel que operan en el país, dijo que hay plantas de vehículos en los mercados vecinos que ya arrancaron operaciones desde el 4 de mayo y que, incluso, estados americanos que antes estaban renuentes a una reapertura adelantada, como Illinois, ya han programado el reinicio de su economía para el 18 de mayo.
“La masa crítica [de las plantas de vehículos en Norteamérica] regresará ese día, pero nosotros necesitamos arrancar entre tres y cinco días antes para poder estar listos”, dijo Albín. “No hacerlo puede generar que los clientes empiecen a buscar alternativas”.
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El representante de los fabricantes de autopartes dijo que si bien no es fácil sustituir un proveedor por otro, debido a que deben cumplir con diversos requisitos de calidad, volumen y precio, ningún fabricante de vehículos va a dejar de ensamblar unidades por la falta de un componente.
“Ya ha pasado antes, cuando un proveedor no ha podido cumplir con sus entregas, ya sea porque se ha declarado en quiebra o porque sus empleados se ponen en huelga, sus clientes han tenido que buscar opciones para sustituirlo”, ejemplificó.
Para evitar penalizaciones o la pérdida de contratos, Albín enfatizó la importancia de que toda la cadena pueda reiniciar operaciones esta misma semana, independientemente de si las plantas se encuentran en municipios con un alto número de casos o de si están ubicadas en municipios vecinos de otros que están ‘en rojo’.
Esto porque la producción de autopartes se realiza dentro de una red que no se puede romper: un arnés que se fabrica en Yucatán, por ejemplo, requiere de un cable de cobre que se fabrica en Sonora y de plástico que se produce en Puebla. Si ese plástico no llega, porque la planta se ubica en un municipio con un alto índice de casos, no se puede ensamblar el arnés, aunque el proveedor del cable de cobre sí esté operando.
Lo mismo ocurre con las plantas de vehículos, que no pueden arrancar si no tienen listos todos los componentes que requieren. La semana pasada, Volkswagen dijo que retrasaría la reapertura de su planta de vehículos en Puebla al 1 de junio, entre otras razones, porque no tendría hacia el 18 de mayo todos los componentes necesarios al pie de la línea para arrancar.
“Hay fabricantes de vehículo en México que ya han expresado su preocupación porque ya tienen un retraso en la reapertura de operaciones debido a la falta de componentes” dijo Fausto Cuevas, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), que representa a 11 fabricantes que operan una veintena de plantas en el país.
Tanto Cuevas como Albín, representante de los fabricantes de autopartes, dijeron que han estado trabajando con el Instituto Mexicano del Seguro Social, en el diseño de un protocolo de seguridad y salud en el trabajo para mitigar el riesgo de contagio de COVID-19 entre los empleados, con alrededor de 40 medidas, que tendrán que adoptar todas las plantas.
La semana pasada se corrieron los pilotos de estos protocolos en cinco plantas y, a decir de Albín, se observó que “son totalmente alcanzables”. No obstante, los líderes del sector dijeron que las empresas y el gobierno deben de estar conscientes de que siempre estará el riesgo latente de que surja un posible brote.
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Miguel Elizalde, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones, que junto con las plantas de autopartes, serán de las primeras en arrancar ante la necesidad de contar con vehículos para el transporte de insumos, combustible y personal, dijo que entre las medidas que se probaron la semana pasada están mamparas plásticas para las mesas de los comedores industriales y en los asientos de los autobuses que transportan empleados, turnos escalonados y el cálculo de un ‘mínimo indispensable’ de empleados que deben estar sobre la línea de producción.
“Dependiendo de cada empresa, hemos visto que este mínimo indispensable puede ser de entre el 20% y el 50% de los empleados que normalmente estaban en cada turno”, dijo Elizalde.
Un archivo con las órdenes de compra de clientes en Estados Unidos y Canadá, con el protocolo de salud y seguridad para la prevención de brotes de COVID-19, y con el certificado de industria esencial, será otro elemento importante que las plantas de autopartes y vehículos tendrán que tener dentro de la “nueva normalidad”, para acreditar su reapertura ante la Secretaría de Trabajo y Previsión Social.
El llamado común de los representantes del sector automotriz es una fecha clara de arranque y certidumbre jurídica para hacerlo. “El problema que ahora tenemos es que el gobierno nos ha dicho que sí, pero no nos ha dicho cuándo”, dijo Albín.