La batería de litio es uno de los siete componentes esenciales, o core parts, que según el nuevo T-MEC deben acreditar un 75% de contenido regional, a fin de que los vehículos eléctricos ensamblados en Estados Unidos, México o Canadá puedan comercializarse entre los tres países libres de aranceles. Esto significa que los fabricantes de vehículos eléctricos tendrán que desarrollar una cadena de suministro en Norteamérica para poderlas producir.
Según el acuerdo, las armadoras tendrán hasta tres años para alcanzar un contenido regional de 75% en las baterías de litio que vayan en los vehículos que fabriquen y comercialicen en Norteamérica. El primer escalón para alcanzar ese porcentaje lo deberán subir este año, con un 66%.
“Pero no es tan fácil poner plantas para hacer baterías, la inversión es gigantesca. Son miles de millones de dólares y el retorno de esa inversión no es tan evidente aún”, dice Marcos Pérez, director de desarrollo de producto de Ford de México, la primera armadora en producir un vehículo eléctrico en el país.
Tesla y Panasonic, por ejemplo, invirtieron 4,500 millones de dólares en una planta en Nevada, con capacidad para construir baterías para medio millón de vehículos al año, y con nuevos modelos eléctricos entrando a producción en la región, principalmente de Ford y Volkswagen, más inversiones de este tipo podrían surgir.
Ahora, la mayoría de las baterías de litio que se utilizan para los modelos que se ensamblan en Norteamérica, como el Chevrolet Bolt EV que se fabrica en una planta en Michigan, Estados Unidos, o el Mustang, Mach-E, cuya preproducción está arrancando en Cuautitlán, México, se ensamblan con celdas importadas de Corea del Sur, fabricadas por LG.
Pero los fabricantes prevén que conforme la oferta de vehículos eléctricos incremente, la producción de baterías aumentará y el costo de producción bajará. “El reto para hacerla rentable es la economía de escalas”, dice Pérez.
Desde el lanzamiento de los primeros modelos, hace unos 20 años, se han vendido unos cinco millones de vehículos eléctricos. “Es muy poquito comparado con la cantidad de vehículos a combustión que se han vendido. Tan solo en 2019 se vendieron cerca de 80 millones en todo el mundo”, dice Pérez. “Pero el ritmo de crecimiento que están teniendo sí es de llamar la atención”, añade.
En México, por ejemplo, las ventas de modelos eléctricos crecieron 60% en el primer trimestre, comparado con el mismo periodo de 2019, según datos de Inegi.