Tras dos meses de inactividad, Nissan y Ford están tratando de retomar la producción de los nuevos modelos en sus plantas mexicanas, a fin de mantener el calendario de lanzamientos programados para este año. Aunque la industria automotriz atraviesa por la peor crisis de los últimos 50 años, los fabricantes de vehículos esperan que la introducción de estos nuevos productos de manufactura mexicana a los pisos de venta de Norteamérica les permitan recuperar parte de las pérdidas registradas durante el segundo trimestre del año.
Nissan y Ford retoman la producción de nuevos modelos en México
Nissan está retomando la producción de la octava generación del modelo Sentra -la quinta que se vende en México- en la planta de Aguascalientes A2. José Román, CEO de Nissan Mexicana, dijo en una entrevista reciente que en el último año la marca ha invertido más de 480 millones de dólares en sus plantas de Aguascalientes para arrancar la producción del Versa renovado a finales de 2019, y ahora de Sentra.
El lanzamiento de Sentra, que se presentó en noviembre pasado en el Salón del Automóvil de Los Ángeles, estaba previsto para el segundo trimestre de 2020, sin embargo, el fabricante japonés tuvo que retrasar un par de meses la llegada del sedán compacto, debido a que durante abril y mayo la planta estuvo cerrada.
“Antes de parar la producción ya habíamos empezado las exportaciones de Sentra a Estados Unidos. Luego tuvimos que cerrar temporalmente las plantas y eso retrasó un par de meses el lanzamiento en México, pero apenas llegue el ‘go’ retomaremos los planes de lanzamiento”, dice Román.
Nissan reinició operaciones en la planta de Aguascalientes el 25 de mayo, luego de obtener la autorización del Instituto Mexicano del Seguro Social, y la semana pasada inició una preventa digital del modelo, que estará disponible en siete versiones, cuyos precios irán desde los 309,500 pesos hasta los 450,000 pesos.
El fabricante japonés arranca la producción de este modelo en medio de una urgente necesidad de recuperar la rentabilidad. A finales de mayo, la corporación anunció un plan para transformarse en una automotriz más pequeña a escala global y con una mejor eficiencia de costos, luego de que la pandemia de coronavirus exacerbó una caída de su rentabilidad, lo que derivó en su primera pérdida anual en 11 años.
Con el reinicio de producción de Sentra, tras dos meses de inactividad, Nissan espera recuperar parte del terreno perdido en Norteamérica frente a Volkswagen, Mazda y Kia en el segmento de los sedanes compactos.
Igual que Nissan, el fabricante estadounidense Ford está retomando el arranque en la producción de dos nuevos modelos en México, el Bronco Sport que fabricará en la planta de Hermosillo, Sonora, y el eléctrico Mustang Mach-E, cuya producción se asignó al complejo de Cuautitlán, Estado de México.
Ford, que reinició la producción en sus plantas mexicanas a finales de mayo, necesita urgentemente las ganancias que generarán los vehículos a fin de recuperar algo de una pérdida operativa de 5,000 millones de dólares que prevé para el segundo trimestre.
El fabricante estadounidense había programado que cada modelo entrase en producción en el segundo semestre del año, con las primeras ventas del Bronco previstas para principios de 2021. Las del Mustang Mach-E empezarían unos meses antes en Norteamérica. Ahora, Ford está haciendo todo lo posible para minimizar el retraso causado por la inactividad de sus plantas durante aproximadamente dos meses.
“Estamos por arrancar la fase de preproducción del modelo eléctrico en Cuautitlán”, dijo Enrique Araiza, director de manufactura de Ford de México a finales de mayo.
El arranque de ambos modelos en las plantas mexicanas implicó una expansión en la planta de Hermosillo, así como la generación de nuevos empleos. Hoy, el complejo norteño emplea a 2,870 personas, mientras que el de Cuautitlán genera 1,000 empleos.