Las plantas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) son viejas, contaminantes y caras. El parque de generación que opera la CFE tiene una antigüedad promedio de 33 años y cerca de 42% de su capacidad genera energía con altos costos y combustibles perjudiciales al medioambiente. La renovación de la eléctrica nacional, que dirige Manuel Bartlett, requiere inversiones de 9,000 millones de dólares, dicen expertos del sector.
Viejas, contaminantes y caras: así son las plantas de CFE
“Al ser caras, estamos tirando dinero a la atmosfera y, además, al ser contaminantes mandamos más CO2 (dióxido de carbono)”, explicó Armando Llamas, catedrático del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, durante una conferencia virtual organizada por la Comisión de Energía del Congreso de Tamaulipas.
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Las centrales con tecnologías termoeléctrica, carboelétrica y turbogas se encuentran en este grupo con un costo de generación alto e ineficiente, que además se agrava por la antigüedad, dijo Llamas. Esta infraestructura genera 34 unidades de energía por cada 100 unidades de combustible que producen, frente a las centrales de ciclo combinado, que funcionan a partir de la quema de gas natural, y que promedian el 55%.
“Todas están restringidas a eficiencias de menos de 34%, no por la tecnología sino por la obsolescencia”, dijo el especialista.
La apertura del sector eléctrico impulsó proyectos que comenzaron a tener relevancia a partir del 2000. Los privados comenzaron a ganar terreno con los llamados Productores Independientes de Energía (PIE), un tipo de contrato donde CFE licitaba proyectos que tenía en su cartera para que otras firmas las construyeran, y luego vendieran esa electricidad a la eléctrica nacional. La idea era desahogar los montos de inversión que se requerían para seguir aumentando y renovando la capacidad de generación del país.
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La CFE cuenta con cerca de 18,000 MW de capacidad de plantas con baja eficiencia y se van a requerir cerca de 9,000 millones de dólares (mdd) para sustituirlas.
“No cabe duda, ya la pagamos, pero está obsoleta, no es conveniente que salga mucha energía de ellas… Ese dinero lo pudiéramos usar en otras cosas como en salud, seguridad, en transporte, educación, investigación”, dijo el catedrático del Tec de Monterrey.
Las centrales termoeléctricas convencionales, que funcionan con combustóleo, presentan el segundo mayor costo unitario por cada megawatt-hora (MWh) inyectado a la red entre las centrales de CFE, con 2,009 pesos por MWh, y las de turbogas el tercero, con 1,855 pesos por MWh, según cifras de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) mostradas por Francisco Salazar, excomisionado presidente de este órgano, durante su participación en el mismo foro virtual.
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“El costo más elevado tiene que ver con la eólica de CFE, que son muy chicas, y con tecnología de hace 20 años”, dijo el exfuncionario y socio de la consultora Enix.
La Comisión obtiene la mayor parte de su electricidad de estas centrales anteriores a la reforma energética, mientras que los menores precios provienen de las subastas de largo plazo, donde consigue una fracción de esta generación, dice Salazar.
Las centrales de generación de CFE en su conjunto promedian costos de 1,127 pesos por MW, mientras que los PIE promedian 913 pesos y las de subastas, en su mayoría solares y eólicas, 423 pesos por MWh, según cifras de la CRE. Así que CFE adquiere cerca del 80% de su energía a través de las centrales anteriores a la reforma energética, conocidas como centrales legadas, y que a su vez se dividen en casi 60% de sus propias plantas, y 40% de las centrales PIE.
La Secretaría de Energía busca elevar la capacidad de generación controlada por CFE y evitar la jubilación de parte de este grupo de centrales, una propuesta que surgió durante la anterior administración, pero que detuvo el actual gobierno.
“Debía liberarse para que pudiera irse contratando nueva capacidad, pero esto no ha sucedido”, dijo Casiopea Ramírez, analista de la consultora Fresh Energy.
La administración pasada tenía programado retirar 115 unidades por un total de 11,821 MW hacia 2032, el 62% de esta capacidad en centrales termoeléctricas convencionales, según datos del Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen) 2018-2032.