Con el paso al Semáforo Naranja ante la disminución de personas hospitalizadas de COVID-19, las plazas comerciales han implementado diversas estrategias para mantener altas medidas de sanidad, lo que implica mantener una estrecha comunicación con los locatarios.
Como parte de las disposiciones oficiales, los malls tienen que tomar la temperatura de las personas que accesan, quienes de forma obligatoria deberán utilizar cubrebocas y permanecer por un tiempo máximo de una hora en las instalaciones.
Para garantizar que los clientes y las tiendas cumplan con las normas de apertura, los administradores obsequian cubrebocas y gel antibacterial a los visitantes, además de instalar estaciones sanitizantes y señalética para cumplir con las medidas de distanciamiento social.
La desarrolladora inmobiliaria Thor Urbana, que administra los centros comerciales Altavista 147, The Harbor Mérida y Town Square Metepec, entre otros, ha desplegado una estrategia para verificar que tiendas y clientes cumplan con los lineamientos de aforo de personas, con especial énfasis en la desinfección, comenta Alexis Ellstein, director de marketing de la compañía.
Artz Pedregal, que se ubica al sur de Ciudad de México y que alberga a diversas tiendas de marcas de lujo, implementó otras medidas para mantener la sana distancia, entre las que destaca un sistema de estacionamiento que no requiere de contacto físico, además de grabaciones que recuerdan las medidas de seguridad de los visitantes para la ubicación de los autos, el control de personas en los elevadores y el control de sana distancia en los pasillos.
“Ya tuvimos tres visitas de las autoridades de la Ciudad de México, estamos aptos para la apertura ya que cumplimos con las 30 reglas impuestas de la autoridad. Además, como medida adicional de salud no tenemos operando con el valet”, declara Javier Salazar, administrador de Artz Pedregal, un desarrollo de Grupo Sordo Madaleno.
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Los malls que entre sus locatarios tienen a comercios considerados como esenciales como bancos, farmacias y supermercados se han mantenido abiertos, con un aforo de 17.5%. Es por ello que era común observar filas para poder ingresar y mantener las medidas de distanciamiento social para mitigar los contagios.
“La autoridad ha sancionado a algunos locales que se quieren pasar de listos y quieren abrir, y la gente ha estado formada para entrar. Hacen fila y cuando sale uno, entra otro”, dice un vigilante de una plaza ubicada al norte de la ciudad.