De acuerdo con información de los Resultados de la Actividad Turística, publicado por la Secretaría de Turismo (Sectur) y cuyas últimas cifras son al mes de mayo, Cozumel ha sido el puerto más afectado, concentrando 50% de las pérdidas de pasajeros y de ingresos en el periodo, seguido de Mahahual, ambos en Quintana Roo, y de Ensenada, en Baja California.
Antes de la pandemia, la industria de cruceros estaba en crecimiento constante, y las expectativas globales de 2019 para este año eran muy positivas, explica Silvia Hernández, socia de Estrategia Pública Consultores.
“Crece a una tasa más alta que la de la industria turística en general (…) Globalmente estaba creciendo alrededor de 6%, pero en México estábamos esperando un crecimiento de al menos 8%, más alta que el promedio global”, refiere.
Sin embargo, el cese en la llegada de cruceros al país ha sido total a raíz de la pandemia. Mientras al inicio del año llegaron 391 cruceros al país, para marzo disminuyeron a 161, y desde abril no han llegado más que embarcaciones que fungen como puentes humanitarios, por lo que se prevé una reactivación paulatina.
“La reanudación será lenta, no será tan fácil como otros segmentos del turismo, porque aunque tiene muchos deseos de viajar, también hay mucho temor”, explica Jorge Hernández Delgado, presidente de la Federación Mexicana de Asociaciones Turísticas (Fematur).
Gran parte de la reactivación de la industria depende directamente de las autoridades estadounidenses, concretamente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), que han emitido órdenes de prohibición de navegación (o no-sail orders) a los cruceros que han venido extendiéndose, primero de abril a julio y posteriormente hasta el 30 de septiembre.