La noche del martes, la noticia de la toma de las instalaciones de W Radio por parte del Corporativo Coral, propiedad de la familia Alemán, que en julio compró a Televisa 50% de las acciones de la compañía de comunicación, explotó en redes sociales. Hoy, la nueva propietaria, que logró cerrar la adquisición después de lograr una inversión de 150 millones de dólares por parte de Alejandro del Valle y Carlos Cabal Peniche, informó de la salida de Francisco Cabañas, hasta ahora director general del medio, y la designación para el cargo de Ignacio Carral Kramer.
La toma de W Radio, ¿conflicto político o pelea entre accionistas?
El comunicado señala que, en una junta con accionistas, también se modificó el grupo que integra el Consejo de Administración de Radiópolis y se nombró a Miguel Alemán Magnani presidente del comité.
“Así, asumió control la inversión mexicana, la que designó a la mayoría de los miembros del Consejo de Administración, y al señor licenciado Miguel Alemán Magnani, presidente del mismo, habiendo sido todos y cada uno de los poderes, facultades y autorizaciones previamente otorgados, expresamente revocados. Ello como consecuencia de la resolución judicial dictada el 21 de agosto del 2020 con lo que se adecuó a la legalidad de su situación corporativa”, se lee en el mensaje emitido por Radiópolis.
El conflicto continuó tras las irrupción de ayer. Grupo PRISA, que posee el otro 50% de las acciones de la compañía de comunicación, informó este miércoles en un comunicado que llevará a cabo las acciones legales necesarias para “preservar el adecuado funcionamiento de Radiópolis y para que sus profesionales puedan seguir desempeñando su labor con el rigor y la independencia que les caracteriza, al objeto de que sus emisoras sigan prestando el mejor servicio a sus oyentes o a la sociedad mexicana”.
Además, el grupo explicó que la firma emitió un acta de una asamblea supuestamente celebrada el 24 de agosto, en la que se habían alcanzado ciertos acuerdos respecto a la destitución de todos los consejeros de la compañía, incluidos los representantes de PRISA, así como la sustitución por los nuevos inversionistas.
De igual forma, según comunicó PRISA, la carta comunicaba “el cese del director general y del director de Finanzas de Radiópolis y su sustitución por personal de la confianza del empresario Carlos Cabal Peniche; así como el cese de los comisarios de Radiópolis y su sustitución también por personas de la confianza de éste; revocación de cualquier poder concedido hasta la fecha por la compañía y concesión de poderes a los supuestos nuevos director General y director de Finanzas”.
Grupo PRISA recibió una notificación de Luis Cervantes, abogado contratado por el Corporativo Coral, en la que manifiesta que un juez le ha concedido a la empresa de la familia Alemán ciertas medidas cautelares, de las que el conglomerado de medios de comunicación en España e Hispanoamérica afirma desconocer.
¿Un conflicto de accionistas o político?
Para Raúl Trejo Delabre, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta situación va más allá de los negocios por dos situaciones.
La primera tiene que ver con Carlos Cabal, socio de Miguel Magnani, que en 1994 tuvo una acusación de fraude en su banco Cremi-Unión, pero que fue exonerado de todos los cargos.
“El banquero ahora que regresa a la vida pública ha estado interesado en hacer negocios con el gobierno. Hace unos meses se le había adjudicado la venta de los cajeros del Banco de Bienestar, un proyecto del presidente López Obrador. Pero un par de semanas atrás se dijo que no sería su empresa quien los administraría”, detalla el investigador.
La otra situación es que en W Radio está el noticiero que conduce el periodista Carlos Loret de Mola, quien hace una semana dio a conocer un video en el que Pío López Obrador, hermano del presidente de México, recibió dinero para reforzar la operación de Morena en Chiapas.
“Por muchas razones, y ésta es la más reciente, el periodista se ha ganado la enemistad del presidente (…) Suena como una coincidencia muy significativa el hecho de que el inversionista que hace posible la compra de Radiópolis, un aparente aliado del gobierno, y de que toman posesión de las instalaciones, lo que podría poner en riesgo los noticieros de la empresa”, agrega.
En otro contexto, dice Jorge Bravo, presidente de la Amedi, el periódico El País (perteneciente al Grupo PRISA) siempre ha sido crítico del gobierno mexicano actual.
"Esto hace que la toma de ayer adquiera otro tipo de interpretaciones" refiere el experto del sector. "No se trata de defender a Loret de Mola, por ejemplo, sino de entender que un medio es un negocio y que él es un periodista que genera altos niveles de audiencia".
Ambos especialistas coinciden en que podría darse un cambio de programación y de contenidos en W Radio, ante el cambio de accionistas, y más en este tipo de convenios donde no hay un socio mayoritario. Sin embargo, en el anuncio emitido por Radiópolis en redes sociales, se asegura que no habrá ninguna modificación.