La inversión de Iberdrola en México se anunció como parte de los primeros trabajos del Consejo Nacional para el Fomento a la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico, presidido por el ex empresario Alfonso Romo. En mayo del año pasado, la empresa y la administración federal dieron el anuncio bajo un comunicado de prensa titulado “México genera confianza: Iberdrola invertirá hasta 5,000 de dólares durante la presente administración federal”.
La inversión incluía compras a la industria mexicana por 3,000 millones de dólares y la construcción de tres nuevas centrales en Veracruz, Querétaro y Puebla. La española no ha dado a conocer cuál es el monto que hasta ahora ha destinado a su plan en México, pero especialistas del sector estiman que debido al poco tiempo transcurrido éste estaría muy lejos de ser completado.
“Este país siempre ha tenido con nosotros una absoluta seguridad jurídica, siempre ha respetado todas las reglas, a todos los niveles (...). Y lo quiero decir alto y claro, porque creo que también es importante que no solo lo sepan los mexicanos, sino el mundo que una empresa que lleva 20 años en este país siempre ha recibido un respeto absoluto de las reglas del juego”, dijo en julio pasado José Ignacio Sánchez Galán, presidente de la compañía, en una reunión con los presidentes de las comisiones de Energía de la Cámara de Senadores y Diputados, en la que refrendó su compromiso de inversión.
La relación de la compañía y la administración federal comenzó a cambiar en octubre del año pasado, cuando la Secretaría de Energía publicó un acuerdo para cambiar la forma en que se otorgan los Certificados de Energías Limpias (CEL), un instrumento creado para incentivar la inversión en nuevas centrales renovables y que la Secretaría de Energía pretendía instrumentar para la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Iberdrola se sumó a otras empresas como IEnova, Zuma Energy y Enel que pidieron abrir la discusión del acuerdo que se publicó sin una manifestación de impacto regulatorio y sin tomar en cuenta la opinión de los regulados.
Las modificaciones a los Certificados de Energías Limpias fue el inicio de una serie de cambios en el sector eléctrico: el 1 de mayo, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) publicó un acuerdo que buscaba asegurar la confiabilidad del sistema eléctrico durante la pandemia y que suspendía las pruebas críticas para la entrada en marcha de nuevas centrales solares y eólicas.
El acuerdo afectó a dos parques eólicos de Iberdrola que se encontraban en pruebas preoperativas: la central Pier, en Puebla, que suministrará energía a Grupo Modelo, y Santiago, un parque ubicado en Guanajuato y el más grande de la española a nivel mundial. La empresa, al igual que otras compañías privadas, se amparó contra la medida, obtuvo una suspensión definitiva y está en espera de que el juez conceda un amparo.