
Los usuarios más interesados por el tema se ubicaron en el Estado de México, Hidalgo, Ciudad de México, Morelos y Guerrero. La discusión en estos estados se enfocó alrededor del desarrollo económico y el empleo que podría traer a su estado.
Sin embargo, unos meses después del anuncio llegó la pandemia de COVID-19, que puso presión a todos los proyectos del gobierno, no solo el aeropuerto.

Haciendo un análisis más profundo de los aspectos positivos y negativos en las opiniones sobre el gobierno federal, se puede decir que la audiencia digital está dividida en tres principales audiencias: sistémicos, que apoyan casi cualquier acción del gobierno y representan el 30% de la audiencia; anti sistémicos, que van a rechazar cualquier acción del gobierno y también representan el 30% de la audiencia; y el restante 40%, que es más observador que activo y solo se pronuncia en situaciones extraordinarias.
El cambio en la actitud de la opinión pública hacia el megaproyecto pasó de más de un 70% positivo, antes del COVID-19, a casi el 65% negativo, después del coronavirus. A sus detractores naturales, se sumaron observadores que sintieron la necesidad de activarse. Esto estuvo principalmente motivado porque, en su opinión, el gobierno no actuó suficientemente rápido con respecto la pandemia y continuó priorizando proyectos como el aeropuerto por encima de temas relacionados con el impacto de la crisis sanitaria.