“Todavía estamos trabajando, afinando el presupuesto, no está completamente cerrado, pero queremos mantener el ritmo de crecimiento (…) [La inversión] va a ser mucho mayor, más del doble de 2020”, dice en entrevista.
Uno de los factores que impulsa a esta expectativa de inversión es el auge del comercio electrónico por la pandemia, que ha llevado a la empresa a sumar 3,000 colaboradores a su plantilla de 7,500 trabajadores.
A esta tendencia se suma el crecimiento del negocio de carga aérea, que para las empresas logísticas ha tenido un aumento en la demanda con la caída de la industria aérea comercial, que transportaba una proporción importante de la carga a nivel mundial, y cuyas capacidades se han contraído drásticamente por la baja demanda de pasajeros.
Sin embargo, para Estafeta los niveles de carga han crecido particularmente durante el segundo semestre del año, a niveles incluso de doble dígito respecto a 2019, como ocurrió en septiembre con un alza de 17% para la carga nacional y de 24% para el segmento internacional, según datos de la Agencia Federal de Aviación Civil.
“La actividad de carga aérea ha crecido arriba de 100%, y pensamos que esto va a seguir el año que entra”, considera el directivo.
De momento, la compañía tiene retos que ha dejado la pandemia a nivel estructural, como la productividad de sus entregas, donde los envíos entre negocios disminuyeron, mientras las operaciones de negocios a consumidores aumentaron.
“Hubo un cambio estructural en la logística, porque tenemos más entregas en casas particulares, y éstas bajan la productividad en nuestras rutas porque las entregas son, en su mayoría, una sola, cuando antes en un comercio se podían dejar cinco, 10 o 15 paquetes en una sola parada”, concluye Babrikowski.