“Las recientes acciones regulatorias del gobierno mexicano han creado una incertidumbre significativa sobre los procesos regulatorios de México, especialmente respecto al sector energético, y han dañado el clima general de inversión de México”, se lee en la misiva con fecha del 11 de enero pasado.
En la carta la administración estadounidense hace referencia al memorándum enviado en julio pasado por el presidente López Obrador a los reguladores energéticos –como la Comisión Reguladora de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos– en el que les solicita, entre otras cosas, limitar los permisos a privados y a la reunión de septiembre pasado en donde los reguladores y los máximos responsables de la política energética acordaron favorecer a las estatales Pemex y CFE.
“De ser cierto, esto sería profundamente preocupante y suscitaría preocupaciones respecto a los compromisos de México en el marco del T-MEC”, se lee en la misiva firmada por Mike Pompeo, el secretario de Estado del país vecino; Dab Brouillete, el secretario de Energía y Wilbur Ross, el secretario de Comercio y uno de los principales negociadores del acuerdo comercial entre los dos países y Canadá.
El presidente ha admitido la veracidad el memorándum y de las peticiones que ha hecho a los reguladores.
La Secretaría de Economía y de Energía fueron consultadas al respecto, pero no han emitido comentarios al respecto.
En meses pasados organizaciones empresariales estadounidenses ya habían manifestado su preocupación por el cierre del mercado energético que poco a poco iba impulsando la administración mexicana y por la preferencia que ésta ya daba a la CFE y Pemex, en los mercados de generación eléctrica y de petrolíferos.
Y es que la Comisión Reguladora de Energía, el máximo encargado de la emisión y supervisión de permisos del sector, ha prácticamente congelado las nuevas autorizaciones a privados por instrucciones presidenciales.
La Asociación de Manufactura en Combustibles y Petroquímica (AFPM, por sus siglas en inglés) y el Instituto Americano del Petróleo (API, por sus siglas en inglés) enviaron en junio pasado dos cartas a la administración de Trump en la que admiten su preocupación por el clima de negocios mexicano y piden al gobierno estadounidense interceda al respecto.
Pero esta es la primera vez que el gobierno de Estados Unidos se pronuncia al respecto de los cambios en el mercado mexicano. Así, se suma a las críticas que a mediados del año pasado lanzaron la Unión Europea y Canadá a las medidas de la administración obradorista en el mercado que fue abierto tras la reforma energética.
La llamada de atención al gobierno mexicano llegó solo una semana antes de que inicie la administración demócrata a cargo de Joe Biden, que supondrá mayores presiones a la administración de López Obrador para que ésta respete los contratos previamente acordados en el sector, según han coincidido analistas del sector.
Hasta ahora el presidente mexicano había encontrado en su homólogo Trump un eco a su política encaminada a aumentar la producción de crudo y a incrementar el uso de hidrocarburos para la generación de energía, pero la administración demócrata tiene una agenda totalmente opuesta, enfocada a incentivar la generación eléctrica renovable.