El impulso que ha tenido el mercado aéreo entre México y Estados Unidos peligra. A partir del próximo 26 de enero, las autoridades sanitarias harán obligatoria la presentación de una prueba negativa de COVID-19 para poder ingresar al país vía aérea, lo que pone en una situación muy difícil al sector turístico, que se prepara para afrontar una posible disminución en la demanda de sus servicios.
Una de las mayores consideraciones es que esta medida aplica para todos los pasajeros mayores de dos años, tanto para ciudadanos estadounidenses y residentes legales como extranjeros, quienes deberán presentar una prueba viral (NAAT o de antígenos) tres días antes de su vuelo.
Por ello, las aerolíneas han sido las primeras en ofrecer alternativas para que los pasajeros cuenten con la prueba de COVID-19, pues los pasajeros deberán contar con los resultados antes de abordar y tener la respectiva documentación y el comprobante de resultados, de acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés).