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México tiene en el metano un punto débil en su lucha contra el cambio climático

Este gas genera un impacto 80 veces mayor al del dióxido de carbono, principal contaminante de la atmósfera. México tiene problemas incluso al medir sus emisiones, dice el Environmental Defense Fund.
mié 27 enero 2021 11:54 AM
Contaminaci´ón
El contaminante, producto de la quema de gas natural o de fugas en pozos petroleros, podría interponerse en la lucha en contra del cambio climático.

El metano, un gas contaminante producido en actividades como la ganadería y la explotación de hidrocarburos, podría interponerse en la lucha de México en contra del cambio climático, si el país no toma las medidas necesarias para bajar sus emisiones.

México se ha comprometido en una serie de acuerdos a reducir la emisión de este gas, que genera un impacto 80 veces mayor que el del dióxido de carbono en las dos primeras décadas tras ser emitido. Por ejemplo, acordó con Canadá y Estados Unidos reducir sus emisiones del gas entre 40 y 45% hacia 2025, sin que hasta ahora existan grandes avances al respecto.

La reducción de metano también es fundamental para alcanzar la meta de estabilizar el aumento de la temperatura del planeta por debajo de los 2 grados centigrados, que se fijó como objetivo dentro del Acuerdo de París.

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Pero México presenta problemas desde la medición del gas, dice un estudio del Environmental Defense Fund. La organización ambientalista encontró que las instalaciones de petróleo y gas en tierra de la estatal Pemex –ubicados en Chiapas, Tabasco, Veracruz y Campeche– emiten más de 10 veces la cantidad de metano reportada en los informes gubernamentales. Esta no es la única dificultad de la estatal.

La organización también encontró que el complejo procesador de gas Nuevo Pemex genera emisiones excesivas de metano que podrían satisfacer el 50% del consumo residencial del país.

“El metano es simplemente gas natural mal procesado que se está enviando a la atmósfera, entonces son recursos nacionales que se están desperdiciando. No sólo es el impacto ambiental y a la salud, sino que se está perdiendo una oportunidad de eficiencia energética”, dice Daniel Zavala, el autor principal del estudio. El Environmental Defense Fund estima que la quema de gas natural genera pérdidas cercanas a 4,000 millones de pesos anuales.

Los datos de la petrolera estatal indican que tan solo en 2019 la empresa aumentó en 70.3% sus envíos del gas a la atmósfera en comparación con un año antes. La cantidad de metano generada por Pemex subió de 178 millones a 303 millones de pies cúbicos diarios.

La Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) realizó recientemente un llamado a los gobiernos a nivel mundial a adoptar estrategias para la mitigación de este gas que se genera en actividades como la ganadería y en la industria petrolera, a través de la quema excesiva de gas y en las fugas en pozos petroleros.

“Reducir las emisiones de metano de las operaciones de petróleo y gas es una de las acciones más rentables e impactantes que los gobiernos pueden tomar para lograr los objetivos climáticos globales (...). La reducción de las emisiones de metano del sector energético será fundamental para evitar los peores efectos del cambio climático”, dijo la IEA en una publicación reciente.

Durante el año pasado las emisiones de metano resultantes de la industria petrolera se redujeron en 10% a nivel mundial, pero esto se debió a la baja en la actividad en el sector derivada de la disminución en la demanda de hidrocarburos por la pandemia de coronavirus y no a un plan de acción adoptado por los gobiernos y las compañías.

La Agencia Internacional de Energía señala a México como uno de los países que tiene un plan más trazado para mitigar la emisión de metano, al nivel de otros países europeos que están más avanzados en la transición energética. Pero las medidas, dice Zavala, aún no se llevan a cabo.

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“México fue uno de los pocos países que en sus compromisos en contra del cambio climático mencionó acciones para reducir las emisiones de metano (...), pero ahora nos encontramos en un camino que se bifurca: o seguimos con este liderazgo y aprovechamos que tenemos regulaciones de clase mundial, o la otra cara de esa moneda es que el riesgo, si no hacemos nada, es que el problema se va a acelerar y se nos salga de las manos”, explica.

En 2018 el gobierno mexicano publicó una regulación para las empresas del sector –después de que Pemex perdiera la exclusividad en el mercado– en la que establece los estándares para la industria en cuanto a la reducción de emisiones de metano, pero hace unos meses la Agencia Nacional de Seguridad y Protección al Ambiente (ASEA) amplió de tres a 19 meses el plazo para el cumplimiento.

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