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La estrategia perdida para almacenar y crecer la producción nacional de gas

Las rondas petroleras, el instrumento insignia de la reforma energética, pretendían aumentar la producción de gas, pero también existían otros proyectos para mantener reservas ante casos fortuitos.
jue 18 febrero 2021 05:00 AM
Gas
La crisis en Texas han dejado al descubierto la frágil estrategia de México para la generación eléctrica.

Las bajas temperaturas que azotan al sur de Estados Unidos y la decisión de Texas de no exportar gas para privilegiar el consumo doméstico ha evidenciado dos debilidades de la política energética: el descuido en la producción nacional de este combustible y la ausencia de una estrategia de almacenamiento.

El lunes pasado, el mismo día en que una serie de apagones azotaron el norte del país, la estatal CFE anunció que incluirá el almacenamiento en su estrategia comercial, sin dar más detalles al respecto. Analistas del sector coinciden en que la administración federal podría optar por revivir un plan diseñado durante el anterior sexenio, pero que hasta ahora no ha sido concretado.

Y es que al inicio del actual sexenio, la administración obradorista decidió cancelar las rondas petroleras, la construcción de una terminal flotante de importación de gas en Pajaritos, Veracruz, a cargo de la estatal Pemex y también optó por no continuar con la licitación de un depósito subterráneo de gas natural en Jaf, un yacimiento en desuso ubicado también en Veracruz.

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Lo anterior era parte de una estrategia diseñada por funcionarios de la administración pasada y presentada apenas seis días antes del cambio en el ejecutivo. El plan, explican fuentes involucradas, fue discutido con el entonces equipo de transición, pero desconocen las razones por las cuales no fue continuado.

La producción de gas en el país a cargo de la estatal Pemex ha visto una caída continua desde el 2009, sin que hasta ahora haya logrado un revés. Las rondas petroleras, el instrumento estrella de la reforma energética, pretendían revertir la baja en la extracción del energético.

Pero la primera acción en materia energética del gobierno de Morena fue la cancelación de las rondas 3.2 y 3.3. Ambas ponían a licitación 46 áreas en Tamaulipas, Tampico-Misantla, Cuencas del Sureste y Burgos, esta última continuación de Eagle Ford, un play ubicado en Texas con gran potencial de extracción de gas.

Pero el presidente López Obrador decidió poner pausa a los ejercicios petroleros bajo el argumento de que las compañías ganadoras de los contratos no habían mostrado resultados, pero también se coló un ingrediente ideológico: las zonas a licitar en las rondas canceladas son no convencionales, es decir, necesitan de fractura hidráulica –o fracking– para poder ser explotadas.

“Sí había un plan para la extracción de gas. El plan quinquenal 2019-2025 de licitaciones preveía la licitación de 128 bloques de exploración y extracción de hidrocarburos, incluidos áreas de yacimientos no convencionales ricos en gas natural, localizados en Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas. Este gobierno suspendió las licitaciones y canceló las asociaciones de Pemex con empresas privadas, lo que ha comprometido seriamente la producción futura de gas”, reclamó el Cluster de Energía de Coahuila en un comunicado.

El anterior equipo de la Secretaría de Energía había proyectado una producción mayor a 7,000 millones de pies cúbicos de gas hacia 2029. Pero para esto las rondas tenían que haber continuado por al menos 15 años y con un ritmo de licitar más de 60 áreas contractuales anuales, admite Aldo Flores Quiroga, exsubsecretario de Hidrocarburos y uno de los responsables de la estrategia.

“No es que fuera culpa de a, b, o c, los yacimientos estaban agotándose. Nuestra perspectiva era que debía promoverse la exploración y producción de gas natural, tanto de Pemex y a través del proceso de licitaciones", dice Flores Quiroga.

En rondas anteriores, como la 1.3, diseñada en exclusivo para las empresas mexicanas, se licitaron algunos campos maduros productores de gas, pero hasta ahora la producción aún es menor.

Datos de diciembre pasado de la Comisión Nacional de Hidrocarburos señalan que los privados producen 112 millones de pies cúbicos diarios de gas, mientras que la estatal Pemex suma 4,623 millones de pies cúbicos diarios del energético.

Las opiniones sobre las expectativas de las rondas se dividen entre quienes aseguran que se trataba de la solución para aumentar la producción doméstica y quienes califican de optimistas las cifras planteadas para que la reforma energética fuera aprobada.

Las licitaciones y la producción no serían suficientes, se admite en un documento del anterior sexenio. Las importaciones provenientes de Estados Unidos, a las que ahora México se ha hecho dependiente, deberían continuar, pero en menor medida, toda vez que era prácticamente imposible que el ritmo de producción nacional alcanzara el crecimiento en la demanda.

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En cuanto al almacenamiento, un rubro que hasta ahora no ha sido desarrollado, la terminal de Pajaritos tenía como finalidad complementar las terminales de gas licuado existentes: Ensenada, Manzanillo y Altamira.

Estas dos últimas –que hasta ahora no se han utilizado con fines de almacenamiento– han servido para internar cuatro cargas de gas licuado compradas en los últimos días para aliviar la crisis de generación eléctrica, generada por la ausencia de importaciones desde Texas.

“Siempre tienes que tener backups (respaldo), en este caso es almacenamiento. Si tuviéramos almacenamiento o se hubiera previsto podríamos haber llenado las terminales de gas natural licuado que se tiene, tal vez tendríamos funcionando la terminal flotante”, dice una exfuncionaria de la Secretaría de Energía que ha pedido no ser citada.

El proyecto de un depósito subterráneo en un yacimiento en desuso también quedó suspendido. La obra a cargo de Cenagas debía haber sido licitada sólo unos meses después de la toma de posesión del presidente López Obrador.

“Dejamos el proyecto prácticamente listo para ser licitado, fue presentado ante el equipo de transición y fue bien recibido, pero la licitación nunca se hizo”, dice otro funcionario que participó en el diseño del plan.

El anterior equipo de la CNH y Pemex ya habían elegido el lugar indicado para construir el depósito subterráneo de almacenamiento: Jaf, un yacimiento en Veracruz que fue productor de gas entre 2009 y 2014 y que requeriría de inversión privada por 240 millones de dólares.

Su construcción tardaría cerca de tres años y medio y no podría haber estado listo para la emergencia que se suscitó en los últimos días. “Pero al menos se podría haber hablado de que ya existía un plan para estas emergencias”, dice la fuente.

El uso de Jaf como método de almacenamiento iba encaminado a lograr una reserva de gas de 10,000 millones de pies cúbicos de gas hacia 2023 como parte de una estrategia que llevaría al país a contar con reservas de 45,000 millones para 2026.

Pero ninguno de los proyectos ha continuado y hasta ahora la administración morenista no ha dado a conocer una estrategia clara para aumentar la seguridad energética en cuanto al uso del gas.

Hasta ahora, la estatal CFE mantiene su plan de continuar con la generación a través de centrales que funcionan a base de gas. Y. pese a que el gobierno federal ha mantenido su postura por lograr la autosuficiencia energética, ha dejado al gas natural –el principal energético utilizado– fuera de su estrategia.

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